La
literatura es como un gran restaurante temático. En su carta, hay espacio para
todos los sabores del mundo. Y cada lector elabora su menú según sus gustos o
necesidades, que no siempre coinciden. Me ha salido esta metáfora gastronómica,
como es lógico, después de diez días largos de cenas, comidas, meriendas, cañas
y lo que queda hoy. Bueno, pues en mi menú habitual no suele entrar la novela negra, salvo
alguna excepción. Los géneros se me repiten un poco, por previsibles. Me tienen
que ofrecer algo más y si es así, no dejo ni las migas del plato.
La novela negra es un fenómeno editorial global. La etiqueta
vende y sus ingredientes básicos, a saber: un crimen, una investigación
detectivesca donde abundan las pistas falsas y los callejones sin salida, su
buena dosis de intriga, otro tanto de erotismo, un personaje principal
carismático y voltereta al final,
dejan al lector mojando sopas.
Según
he leído las primeras novelas policíacas fueron las de Edgard Allan Poe, Arthur
Conan Doyle, Ágata Christie y George Simenon. Son historias que proponen un
acertijo intelectual, los buenos son muy buenos, además de incorruptibles. Son
novelas impregnadas de cierta frialdad analítica. Pero después del chasco de la
Gran Depresión, aparece en EEUU una novela policíaca diferente, llena de tipos
duros y canallas, donde se bucea en los bajos fondos y se destapan las
inmundicias de una sociedad podrida. Este género, denominado hard-boiled, que desarrollaron
escritores como Dashiell Hammet o Raymond Chandler, es el negro propiamente
dicho y parece ser que fue el que echó raíces en España en los setenta. No era
para menos, puesto que nuestro país pasó por una época de cambios en todos los
niveles, no solo en lo político. El escenario de la novela negra permitía sacar
de las cloacas a la verdadera España.
A la
hora de buscar un tema para el programa de fomento de la lectura del Ministerio
de Educación y Cultura, un compañero y yo nos decidimos por rastrear esos orígenes del
género en nuestro país. Y después de leer, preguntar y pensar, hemos escogido tres títulos fundacionales. Uno de ellos, por sacar pecho, se creó y transcurre
en el mismo solar donde nací, crecí, me multipliqué y la mayoría del tiempo,
vegeto. Fue una vía, la de una novela policíaca cerebral, a lo Conan Doyle,
pero con tradición castellana, cervantina en su ejecución, local y universal a
la vez, rural en todo su sentido (no en el actual, donde el campo es un lugar siniestro,
enloquecedor, que propele al crimen), que quedó en parte abortada y fue comida
por otra más urbana, nihilista y menos amable, donde hay una visión crítica,
una radiografía a la sociedad del momento para mostrar sus entresijos.
Os
invito a leer y comentar estas tres novelas fundacionales del género en España,
la distancia impide compartir después un café, pero como si lo fuera.
Precisamente
mi última lectura ha estado relacionada con el tema y sigo con ello, porque ya
he empezado el libro de García Pavón y tengo el nuevo de Zanón en la mesita.
Pero quería concluir este post con La Carcoma, de Daniel Fopiani, Premio Valencia Nova 2017. Una
novela de género, pero con ese aliño que lo potencia y convierte en algo más.
La
historia comienza cuando un escritor inmerso en una severa crisis creativa recala
en un pueblo de la sierra gaditana, La Carcoma, en busca de la soledad y
tranquilidad necesaria para acabar su libro. Lo que encuentra, en cambio, es la
hostilidad de una gente que abomina de los forasteros (en sintonía con la reciente
“turismofobia”) y unas misteriosas marcas que aparecen en la cabaña, desde el
número 12 y hacia atrás. Con este planteamiento, se sucede un thriller donde
Fopiani mezcla diversos géneros:
Hay una incursión al terreno de lo
sobrenatural, porque la naturaleza de los números es cuanto menos ambigua.
Hay
novela negra, como no, cuando un guardia civil con un particular defecto en el
habla se hace con las riendas del caso. El hecho de que el guardia civil
infunda algo de compasión en el lector ya retuerce un poco al típico antihéroe
de estas novelas, que aunque suele tener, digamos, un pasado difícil, diversos
traumas, no suele ser ridiculizado.
Para acabar, Fopiani añade localismos (el
habla gaditana del mecánico, la tostada de sobrasada, el chiringuito de la
playa donde comienza todo) y remata así el adobo de una historia que tiene la
virtud de enganchar, dejar en tensión y sorprender al lector.
Fopiani dosifica bien
la intriga, crea callejones sin salida, sorprende, maneja a la perfección las
convenciones del género y añade algo más. Quizá la visión de un lugar rural y
remoto, con sus habitantes reservados y huraños, donde las ofensas se guardan
y no se olvidan, sea un tópico urbanita. También entronca con esa España negra
que siempre es rural, la resolución del crimen de Diana Quer hace pocas horas añade
más leña a este fuego. En cualquier caso, les recomiendo un paseo por La Carcoma, con precaución
porque por allí pulula una fauna variopinta. Y seguir a Fopiani (nacido en
1990) en su nueva faceta de novelista.
Aparte,
entre estas y otras cosas en 2018 voy a tener que levantar el pie, dejando
bastante de lado lectura y escritura. Haré una actualización mensual de la
llanura, por no perder el ritmo ni los amigos que he hecho en dos años, al menos y con suerte hasta julio. Luego, ya
veremos.
Feliz entrada
de año.
Estupenda entrada, amigo mío. Suscribo lo que apuntas sobre los orígenes del género negro en España. Yo añadiría a estos tres que citas -Garcia Pavón, Juan Madrid y Vázquez Montalbán- algún nombre más que surgieron en pleno franquismo cuando injustamente a la novela negra se la despachaba como subliteratura; hablo de Mallorquí, Luciano Egido, Francisco González Ledesma, Eduardo de Guzmán y otros nombres (hace ya mucho publiqué en mi blog algo al respecto en una entrada que se titula "A la búsqueda de Philip Marlowe mientras espero a la rubia de los ojos negros").
ResponderEliminarSuscribo también totalmente tu apreciación sobre "La Carcoma", una excelente novela.
Y, para cerrar, lamento este anuncio que haces de que vamos a disfrutar menos de tu blog este año que mañana empieza. Seguro que es por una razón de peso y cuando tal cosa ocurre hay que priorizar y lo importante se impone sobre lo deseable.
Un fuerte abrazo y te deseo un muy feliz año 2018
Hola, Juan Carlos.
EliminarMe viene genial tu artículo para documentarme y preparar el monográfico. Como pionero del género tuvimos en mente a González Ledesma, en concreto "Una novela de barrio", pero nos decidimos por Juan Madrid.
Actualizar el blog y estar al día en la blogosfera requiere un tiempo que ahora necesito para otros menesteres.
Un abrazo y feliz 2018.
No he leído nada de Juan Madrid, sí de los otros dos fundadores que mencionas, aunque no tanto como debiera.
ResponderEliminarVeo que te ha gustado "La Carcoma". Espero que flipes con "Taxi". Estamos deseando, al menos Juan Carlos y yo, estoy segura, saber tu opinión.
Un beso y feliz y negro 2018.
Espero coger ese taxi en breve, jaja. Habrás visto que tenemos a Zanón de invitado especial cuando acabemos el ciclo de lecturas, si todo sale bien. Ya te contaré cómo es en las distancias cortas.
EliminarUn abrazo y feliz año nuevo.
Yo juraría que cuando leí tu entrada la imagen de cabecera era otra. ¿La has cambiado?
EliminarNo había visto lo de Zanón. Esa lectura comentada es en tu instituto, ¿verdad?
Ya nos contarás.
Para despistes un servidor, pero creo que sí era la misma.
EliminarComo colofón del ciclo de lecturas invitamos a Carlos Zanón para que nos hablara de la novela negra actual y ha aceptado. Si todo sale bien, el 1 de marzo lo tenemos en el instituto. Y es curioso, porque aprovechando la visita lo estamos leyendo y nos está gustando más Zanón que los autores propuestos, jaja.
No me extraña que os guste más. Es que es un escritor muy bueno y mira que los tres que habéis escogido, al menos los dos que he leído, son buenos, pero es que Zanón es genial. ¿No crees que le espera un gran futuro?
EliminarYo creo que tiene bastantes lectores y se va haciendo un hueco. Pero en el mercado editorial español, cualquiera sabe...
EliminarHola Gerardo, a mi tampoco me va mucho la novela negra, aún así he leido a García Pavon, animada como no, por Enrique Javier que es un fan incondicional de tu paisano. Espero que este "abandono" temporal de lectura y escritura,te sea productivo en otros menesteres. Un abrazo y muy feliz 2018
ResponderEliminarEso espero, Pura. Con el tiempo he aprendido que para conseguir buenos resultados es mejor centrarse en una sola cosa y la verdad es que últimamente no doy abasto.
EliminarMis mejores deseos para el nuevo año.
Un abrazo.
Excelente entrada y recomendaciones, Gerardo. Tatuaje la leí hace años, las otras dos me las apunto. El año pasado me propuse estudiar a fondo este género, tanto que todavía voy por el Hardboiled, un año después. Lento pero seguro, je, je, je... Me ha llamado la atención esa novela LA CARCOMA, sobre todo porque parece quebrantar uno de los mandamientos del género como es no incluir elementos paranormales. Me has picado para su lectura.
ResponderEliminarPor lo demás aprovecho para desearte un maravilloso "y negro" año 2018. Un abrazo
Hola, David. Pues sí, La Carcoma tiene su toque paranormal, ya que los números aparecen de forma inexplicable y se menciona el tema de la "combustión espontánea". No digo más para no hacer spoiler. Mis mejores deseos para este 2018, en lo literario y lo personal.
EliminarUn abrazo.
Me ha hecho gracia esa introducción gastronómica para hablar de novela negra, y es que hace unas semanas, a propósito de la novela "La cajita de rapé", yo hice una reseña donde también relacionaba un plato de comida con este género negro.
ResponderEliminarNo soy muy aficionada a este tipo de novelas pero tomo nota de lo que apuntas y "La carcoma" ya está en la parrilla de salida pues otros blogueros también la recomiendan, se ha debido de hacer viral.
Un abrazo y feliz 2018.
En estos días de atracones y excesos la comida se adueña hasta de las metáforas, jaja. Para mí será la primera vez que lea tres novelas de esa temática seguidas, veremos qué tal.
EliminarFeliz año nuevo, Paloma.
Un abrazo.
excelente trabajo y nos apuntamos los titulos, que parecen interesantisimos y todo lo que sea novela negra gusta mucho, aparte de conocer y darnos gustazo con otros autores! muchas felicidades, y que nos podamos leer pronto, que tu blog es un lujo que no se ve y disfruta a menudo,gracias por todo lo compartido!! abrzosbuhos y feliz año!!
ResponderEliminarGracias, amigas. No me queda más remedio que darle un respiro al blog, uno no llega a tiempo a todo.
EliminarFeliz y lector año 2018.
Creo que el boom de la novela policíaca en los EEUU de la Gran Depresión ha estado hermanado con el surgimiento, en la misma época, de ese magnífico cine de gansters norteamericano, investigadores y detectives de rostro duro en la pantalla… pues tenían que sostener la gélida mirada de un malo entre los malos, por ejemplo el gran Edward G. Robinson (protagonista de la excelente película Hampa dorada).
ResponderEliminarEn ese sentido siempre me he picoteado más el cine que la novela, admito que he leído poquito y hace años.
Eso sí, tengo unos viejos libritos que aprecio porque llevan conmigo una eternidad; James Hadley Chase y John Dickson Carr en Alianza Emecé (1974); G. K. Chesterton en Libros Plaza (1963); Chester Himes y Raymond Chandler en Libro Amigo Bruguera (1980). Y también andan por ahí Dashiell Hammet, G. Simenon, Ross Macdonald, Juan Madrid…
Quien sabe, con este elenco debería animarme este año y rememorar viejos tiempos. Sabes abrir el apetito, Gerardo ;)
Esos lugares remotos y rurales que señalas, es cierto, son muy dados a endosarles el tópico… pero es que en España, aún, quedan unos cuantos Puerto Hurraco, y eso no es un tópico, es una realidad como la lluvia que ahora cae sobre mi ventana.
Te has embarcado en un precioso proyecto, amigo mío, nada menos que el fomento de la lectura, objetivo noble e incierto a partes iguales.
Bien pintas esa novela de Fopiani, tomo nota.
A veces no queda más remedio que levantar el pie, por aquí me verás, uno no renuncia así como así a lo bueno.
Feliz año y salud para tu familia, Gerardo.
Supongo que cine y novela negra van de la mano. Son producto de un mismo contexto. Lo curioso es que mientras este tipo de cine ha decaido con el tiempo (aunque hay series como Breaking Bad, CSI o The Wire que podrían entrar en el saco), la novela negra sigue vendiendo y mucho. Quizá ha sabido reinventarse, incorporando espacios culturales diversos o a lo mejor estos elementos encajan mejor en un espacio literario. Lo dejamos para los sesudos.
EliminarRespecto al fomento de la lectura, se hace lo que se puede. Siempre hay gente agradecida y de hecho, al estar abierto a toda la comunidad educativa esperamos la participación de padres, junto a alumnos y profesores. Leer es uno de los grandes placeres de la vida, netamente humano y para mí, el que ignore la lectura se lo pierde.
Espero que los Reyes Magos se hayan portado bien. Por aquí tenemos poco carbón y mucho, mucho ruido, jaja.
Un abrazo.
Pues mi fuerte no es precisamente la novela negra, no, poeta al fin me van otros territorios mucho mas metafóricos con vuelos extra-terrenales, no sé si algún día Juan Madrid y su peña entrarán en mis estanterías para quedarse a vivir, oye, igual lo pruebo y me enamora, cualquiera sabe. Tal como pintas la carcoma, y de eso se trata, igual va.
ResponderEliminarUn abrazo Gerardo Vázquez.
En realidad, para mí también es un camino poco transitado, pero teniendo tantos adeptos ya era hora de ponerse.
EliminarPoesía y novela negra parece que se repelen, en principio. Sin embargo, últimamente he leído a Carlos Zanón y parece capaz de combinar ambas cosas. Apuesto a que "Yo fui Johnny Thunders", del citado Carlos Zanón, que te gustaría más que "La carcoma".
Un abrazo.
Feliz año con retraso.
ResponderEliminarPor fin me estoy poniendo las pilas con todo lo pendiente.
En primer lugar, ese género "negro" al que haces alusión para mí son "page-turner" piscineros, véase, La chica del tren, u otro tipo de novelas policíacas que comprarías en un aeropuerto cuando no tienes nada que leer en ese momento. Y para mí, eso no es "negro", es piscinero. Más menos creo que vienes queriendo decir lo mismo.
Los tres títulos que habéis recopilado tu compañero y tú, no los conocía, y por supuesto los anoto, porque de vez en cuando me gusta algo negro puro y en otras ocasiones tiro de thriller psicológico, aunque lo reconozco, soy más de novela intimista y clásicos, cada vez más.
La Carcoma lo fiché en otro blog hace unos días, me llamó mucho la atención, aunque hay opiniones super dispares y no me animo de momento, pero tampoco me atrevo a quitarla de la wishlist por si un día termino leyéndola.
Y hablando de Zanón, tengo pendiente en la estantería "Yo fui Johnny Thunders".
Besos.
Hay de todo un poco. Novelas que son para pasar el rato y otras que se meten en profundidades. El género negro, al ser un buen reclamo comercial, tiene mucho de lo primero, pero también hay de lo segundo. Los títulos que vamos a comentar son los fundacionales del género en España y por eso les damos un plus.
EliminarYo también prefiero otro tipo de novelas, pero no está mal salirse de la zona de confort.
Y bueno, respecto a La Carcoma, está entretenida y tiene su punto. Con las limitaciones de toda primera novela, pero se deja leer. Luego interviene el factor gusto, donde hay de todo.
Seguro que te gusta Zanón, es un autor único.
Un abrazo y mis mejores deseos para 2018.