Desde
África, nuestros ancestros se diseminaron por toda la tierra. Lo hicieron en
oleadas, empujados por los vaivenes del clima y tratando de evitar la cornada
de la extinción. El ser humano atravesó y superó uno o más cuellos de botella
evolutivos, que redujeron nuestra población a un puñado de individuos
escogidos. Puede que entonces se gestara, mejor dicho, se seleccionara esa
inclinación humana por la exploración (el conocido como wanderlust o “gen del viajero”), la ambición por llegar donde antes
nadie ha llegado. Diez mil años de sedentarización no parecen haber hecho mella
en este deseo enraizado en nuestra naturaleza, que sigue intacto y tiene como efecto colateral el turismo masivo que convierte incluso la cumbre del Everest en un lugar ruidoso y sucio. Aunque ahora todo parezca muy visto, a principios del siglo XIX una
porción considerable de nuestro planeta, las zonas polares, era una
verdadera incógnita. Su exploración fue una gran aventura, una gesta a la que la editorial Nórdica ha
dedicado La conquista de los polos: Nansen, Amundsen y el Fram, con textos de Jesús Marchamalo e ilustraciones de Agustín Comotto.
Antes de comenzar conviene
detenerse en su factura: la encuadernación en cartoné con lomo entelado, hojas
gruesas, mapas desplegables y un color en las ilustraciones que parecen recién
salidas de los pinceles de Comotto (si, color en un libro sobre una región del
planeta cubierta de blanco, un reto a tener en cuenta). Un libro de los que se
manosean, se huelen y se guardan de por vida. Sobre su impecable edición, hay
un guiño orgulloso: un sello al final que representa a una mujer azadillo en mano,
cultivando un huerto de hojas escritas. Según el propio Marchamalo en una
entrevista, refleja el compromiso de Nórdica con la industria nacional del
libro.
La conquista de los polos
está dividida en dos grandes bloques. En el primero, se detalla la exploración
del polo norte y en especial las expediciones de Nansen a bordo del Fram, un barco singular preparado para
resistir la presión del hielo y las bajas temperaturas. En el segundo, tiene
lugar la narración del pulso que mantuvieron Scott y Amundsen por alcanzar el
polo sur, cuyo desenlace fue tan heroico como dramático. El texto de
Marchamalo, eficaz, conciso y descriptivo, se alterna con las ilustraciones de
Comotto al cincuenta por ciento. La documentación se nota que ha sido rigurosa, muchos de los dibujos están basados
en fotografías de la época y todo se explica con precisión y sencillez.
Retratos de los protagonistas, de la fauna de aquellas latitudes, mapas y
recreación de fotografías históricas, convierten a La conquista de los polos en un libro didáctico, una lectura para
aprender y conocer mejor aquella gesta. Pero además, en algunos momentos se lee con frenesí,
como una novela de aventuras de Jack London, una doble faceta, didáctica y
lúdica que es el gran activo de este álbum ilustrado. Por su extensión, eso sí (no llega a los 140 páginas), debe verse como una introducción al tema, que no agota este libro y sobre el que hay obras notables y que lo tratan en mayor profundidad, por ejemplo El peor viaje del mundo, de Apsley Cherry-Garrard, compañero de fatigas de Scott y Los héroes de la conquista de los polos, trilogía de Javier Cacho publicado por Fórcola Ediciones.
Ilustración a doble página, describiendo la fauna del ártico (fuente: kirkyil.com y Nórdica libros) |
El
libro comienza con una de las primeras expediciones al ártico, la protagonizada
por El terror y el Erebus, dos de los barcos más avanzados
de la época. Zarparon de Londres en 1845 y fueron tragados por el hielo para
siempre, en algún punto del ártico canadiense. En 2016 se pudieron localizar sus restos bajo
el casquete polar. La tripulación se diseminó por el hielo, murió de hambre,
envenenada por el plomo presente en las cañerías y las latas de conserva y se
documentaron casos de canibalismo. El año pasado se hizo una adaptación televisiva,
producida por Ridley Scott y basada en la novela fantástica The terror, de Dan Simmons.
La
supervivencia barre los escrúpulos, casi siempre. Los perros enfermos o
extenuados se sacrifican y sus despojos son arrojados a sus compañeros. Algunos
los reciben con voracidad y otros rechazan alimentarse de sus congéneres. ¿Extraño, verdad? Los hombres mueren, se pierden como cuentas en la llanura
antártica. A veces también se aprovecha su carne. El libro no evita estos
detalles, pero tampoco se regodea con ellos. Aquello fue una aventura épica,
llena de sufrimiento y bajezas, pero sobrepasada por innumerables episodios
heroicos, de valor sin límites, resistencia y gran dignidad. Después de meses de penalidades, al borde de la muerte, Nansen sugiere a su compañero de infortunio que comiencen a tutearse. Moribundo, después de llegar al polo sur en segundo
lugar, Scott escribe en su diario: “Si hubiéramos vivido, habría podido contar
una historia que hablase de la audacia, entereza y el coraje de mis compañeros,
que habría conmovido el corazón de los ingleses. Tendrán que ser estas
improvisadas notas y nuestros cadáveres los que la cuenten”.
Fotografía del Fram en las llanuras árticas (fuente: rtve.es, un interesante artículo sobre aquel barco inmune al hielo) |
El ingenio para superar las limitaciones de un medio tan hostil, aprendiendo de
los esquimales y luego desarrollando nuevas técnicas de supervivencia, dice
mucho de la creatividad humana cuando tiene una meta que alcanzar y se ve enfrentada a su propia superviviencia. La exploración de los polos fue un alarde de inventiva, innovación, coraje y voluntad. La determinación de estas personas no deja de asombrarme, la ambición puede perforar montañas y el hombre, en su lucha contra la adversidad, no tiene parangón. Es bueno sacar a relucir esta faceta de nuestra especie para seguir creyendo. Y poco más voy a contar. Es una aventura que me tiene fascinado y sigo indagando, como ya he señalado hay buena y variada bibliografía, incluso testimonios de los protagonistas. El propio Nansen fue escritor de éxito y premio Nobel de la Paz por su labor humanitaria durante la I Guerra Mundial. Os dejo el enlace del programa de Radio3 "Hoy empieza todo", donde supe del libro y di una pista a mi mujer para el regalo de Reyes.