La casa (Astiberri,
2015) del valenciano Paco Roca (1969) cuenta la historia de un grupo de
hermanos que se reúne un fin de semana en la vivienda que su padre les ha
dejado en herencia al morir. Abandonada
durante meses, se han propuesto adecentarla para tratar de encontrarle
comprador. Sobre este punto de partida, Paco Roca construye una interesante y
emotiva reflexión sobre el paso del tiempo, los vínculos familiares y el
cambio generacional, pleno de simbolismos. Alternando los flashbacks
con el punto de vista de cada uno de los hermanos mientras emprenden las
reparaciones, se reconstruye la historia de la casa, que no es otra que la del
padre. También de la propia infancia, ese tiempo feliz tan volátil. Tan
perecedero como muestra la viñeta del contenedor, donde acaban todos los
recuerdos infantiles. Y es que todo está muy pensando en La casa; cada viñeta, cada dibujo, tiene su significado y encaja en
la historia con gran delicadeza.
Paco
Roca ha conseguido emocionarme con esta novela gráfica o cómic, la denominación
es lo de menos. Supongo que por edad y por la propia relación que tengo con mi
padre, y es que las circunstancias personales de cada uno influyen a la hora de recibir
o encajar cualquier historia. Mi padre pertenece a esa misma generación del protagonista de La casa; una generación que
vivía para trabajar, soñando con un paraíso de clase media que incluía segunda
residencia, coche utilitario impoluto y estudios para los hijos. Una
generación de padres emocionalmente adusta, que no expresaba sus sentimientos y
apenas hablaba con los hijos. Esa misma generación que hoy vive con estupor el
derrumbe de estos sueños en carne propia, en sus hijos o nietos.
Foto: despuesdelhipopotamo.com |
Puede
que sea por esto o no, pero el caso es que la lectura de la casa me ha generado
cierta sensación de congoja, como si el corazón percibiera de pronto que carece
del abrigo de músculos y costillas, del mullido colchón de los pulmones y
sintiera el vacío. Qué aterrador ese vacío. Qué aterrador es pensar en el
tiempo perdido. Porque leyendo y pensando en La casa, uno siente lo inevitable que es la muerte, cosa sabida,
pero también los estragos del olvido. Cada día devora al anterior. Y esos
hermanos se detienen unos días en la casa del padre, que levantaron trabajando
cada fin de semana. A ratos parecen felices, también aflora entre ellos el
resentimiento. Pero sobre todo, se sienten intimidados por el peso de los
recuerdos y al mismo tiempo por la ligereza con la que reviven y se disuelven.
Acabo
con la acertada conclusión de Fernando
Marías en el epílogo final que acompaña a la novela: “a medida que
envejezco siento que el único tema de la literatura –y probablemente de todo lo
demás- es el paso del Tiempo y puede que así sea. Y La casa, que es el libro que un chico quiso dibujar para su padre
muerto, es también el libro que ha permitido a Paco Roca, dibujar el Tiempo que
se va, o que se fue, o que se irá”.
Creo que el paso del Tiempo es algo que se percibe con mayor nitidez a medida que nos queda menos tiempo por delante. Los recuerdos del pasado también se tienen más en cuenta a medida que envejecemos, por lo menos yo, de unos años a esta parte, no hago más que recordar anécdotas que creía olvidadas y que tienen por protagonistas a muchas personas que ya no están conmigo.
ResponderEliminarMe apunto este libro-comic que nos traes, puede ser un buen complemento al estado anímico que me invade desde hace ya "tiempo".
Un saludo
En el caso de esta historia, los recuerdos afloran en los hijos al regresar a la casa del padre y tratar de encajar su ausencia. Siempre hay cosas que estimulan el recuerdo.
EliminarEs interesante lo que comentas, parece que conforme se achica el futuro va ganando el recuerdo de lo vivido. No sé quién decía que, en realidad, el presente no existe. Y a lo mejor con razón.
Saludos.
El paso del tiempo, la decrepitud, la pérdida de facultades, la enfermedad que va asociada al tiempo que se nos va y al poco que nos va quedando, son también temas que me preocupan. Quizá son preocupaciones universales, a los que todos, terminamos por darle prioridad, sobre todo cuando sobrepasamos una edad. No suelo leer novelas gráficas, pero la que reseñas parece muy prometedora. Si la encuentro, me la compro para ver qué tal. Un beso, Gerardo.
ResponderEliminarAsí lo considera también Fernando Marías en el epílogo de la novela. "La casa" es un trabajo que invita a la reflexión, en parte gracias a un uso de la imagen lleno de simbolismos. Te sorprenderá.
EliminarUn abrazo.
El paso del tiempo es lo único certero en la vida y para darte cuenta debe pasar bastante, es por ello que cuanto mayores nos hacemos más pensamos en eso. Miras hacia atrás y hay más espacio dónde mirar, pero no nos debe entristecer, debemos estar orgullosos de que haya pasado el tiempo y, en tu caso además, no temas al olvido que tus palabras serán testigo de tu paso.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una reflexión muy a lo Unamuno, perdurar en las palabras. Y a través de los hijos, ese rastro genético es lo único que queda al final.
EliminarUn abrazo.
Qué bien has narrado la sensación esa de congoja y de vacío, y cuán cierto es eso de que cada día devora al anterior y con una rapidez pasmosa.
ResponderEliminarCreo que me gustaría.
Gracias por la reseña, y te he de decir que las pinceladas personales son muy de agradecer siempre, por lo menos así lo creo yo.
Un beso
Yo creo que sí, estoy aventurando mucho porque al final es cuestión de gustos, pero no hay libro de Paco Roca que no me haya dejado huella y una obra anterior suya "Arrugas", que tocaba un tema tan delicado como el alzheimer, tuvo bastante éxito. Debe ser una persona con gran sensibilidad.
EliminarLo de meterme en lo personal no puedo evitarlo, al final los libros hablan por uno mismo.
Un abrazo.
El paso del tiempo es un tema rey en la literatura porque también lo es en la propia vida real. Del paso del tiempo me han interesado muchas cosas. La pérdida de capacidades, la aparición de límites que antes no existían, la constatación de que vivir es elegir y que a medida que crecemos vamos renunciado a proyectos y posibilidades.... También, por supuesto, la importancia de la infancia en lo que somos de adultos, pero, al mismo tiempo, la imposibilidad de volver a ella para refugiarnos ante las dificultades de la vida adulta: aún si los lugares de la infancia existen, en la mayoría de los casos las personas que lo poblaban ya no los ocupan. El tiempo es lineal y unidireccional. Por otra parte, también está el reto de no caer en el pesimismo y la nostalgia bloqueadora: el paso del tiempo nos trae también las alegrías de la vida, felicidad, nuevas experiencias, nuevas personas. La vida, al fin y al cabo, en la realidad y también, por supuesto, en la literatura.
ResponderEliminarInteresante reflexión, José. Coincido contigo en que no hay que dejarse arrastrar por la nostalgia y que el paso del tiempo es gratificante en sí. Y un buen semillero para escribir historias, ¿te imaginas un escritor sin pasado?
EliminarSaludos.
Me gustó mucho la reseña que nos dejaste Gerardo. Y puedo entender y compartir la figura de ese padre cuya meta siempre fue trabajar para darnos lo mejor pero sin embargo no estaba preparado para gestionar las emociones con sus hijos. Otro libro que añadir a la lista de pendientes.
ResponderEliminarDeseando que lleguen las vacaciones ya... :-)
Un abrazo.
Ese arquetipo de padre es generacional. Aunque Paco Roca es mayor que yo (nació en 1969), he visto grandes paralelismos con mi padre. Y de paso me ha ayudado a entenderlo mejor.
EliminarEl libro lo saqué de la biblioteca, es un par de horas de lectura y muchas más de reflexión, eso sí. Seguro que le puedes hacer un hueco.
Un abrazo.
Buenísima tu reseña, como siempre. Tienes una manera de expresar lo que has sentido al leer, que se contagia. No soy muy amante de las noveles fráficas, pero tal y como presentas ésta, creo que la buscaré porque has logrado pillarme.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Rosa. También es un compromiso, porque en cuestión de gustos ya sabes y además el impacto de ciertas lecturas dependen del propio lector, es así. En cualquier caso, recomendaría "La casa" y creo que te gustará.
EliminarUn abrazo.
Tiene toda la pinta de ser un libro que nos introduce con su historia en la vida de esta familia y el paso del tiempo. Un abrazo
ResponderEliminarSobre todo invita a la reflexión en torno a esos temas, a la relación de padres e hijos, teniendo en cuenta las diferencias generacionales y el paso del tiempo.
EliminarGracias por tu comentario, saludos.
El tiempo que se va ya no vuelve y cada vez lo sentimos pasar con mayor rapidez.
ResponderEliminarNo soy muy de novela gráfica pero con esta podría animarme. No sé si ha sido tu reseña o el hecho de que hayas nombrado a tu padre y casi a continuación a Fernando Marías del que solo he leído un libro que precisamente está dedicado al suyo y me caló mucho. Lo tendré en cuenta.
Un abrazo
Por eso el epílogo de Fernando Marías, al principio no le veía mucho sentido -gracias por la pista definitiva-. Ambos han escrito una novela sobre el padre, diferentes enfoques y formatos, pero el tema es el mismo: el paso del tiempo y el esfuerzo de las generaciones por entenderse. Algo que en "La casa" se consigue una vez el padre ha muerto, ¿será porque moldeamos los recuerdos hasta darles un sentido, alterándolos o es que necesitamos sentir su ausencia para poder de verdad entenderlas? Como decía, son cuestiones sobre las que hace reflexionar "La casa".
EliminarUn abrazo.
El tema de la fugacidad del tiempo, es sin duda, una cuestión del que no se puede hablar sin implicarte en primera persona. Me encanta la novela gráfica, de hecho ya he reseñado un par de ellas. Esta no la conocía pero miraré de conseguirla. Excelente como siempre.
ResponderEliminarUn saludo
Pues en ese caso te gustará, seguro. Paco Roca pasa por ser uno de los mejores y además empieza a ser reconocido en otros países: en Francia "Los surcos del azar" llevan vendidos 10.000 ejemplares, ahí es nada.
EliminarUn saludo.
hola! que buena entrada, mucho para pensar... me gusta. me gusta todo tu blog. saludos desde argentina!
ResponderEliminarAsí es, es una novela que invita a la reflexión. Me alegra que te guste el blog, un saludo.
EliminarMe puedo imaginar ese trabajo conjunto que dejas, con mis hermanas y se me acongoja el corazón.
ResponderEliminarEsa es otra virtud de "La casa", es fácil entrar en la historia porque a todos nos llega el momento de enfrentarnos con el pasado.
EliminarSaludos.
Me gusta lo que comentas, el tema del paso del tiempo y la introspección que supone cuando se mira desde una determinada edad creo que pueden ser muy interesantes
ResponderEliminarBesos
Creo que sí, es una historia que trata un tema universal y lo hace con mucho talento.
EliminarSaludos.
Interesante la reseña del libro, esa reflexión que se sugiere sobre el paso del tiempo y las relaciones, esas que se han construido y que se tienen que, un poco, reconstruir cuando falta una persona sobre todo si ha sido importante.
ResponderEliminarY sí ese prólogo que señalas sobre la fugacidad del tiempo, lo rápido que todo pasa y como a veces, solo uno consigue entender cuando el otro ya no está. Y eso también deja señales profundas en todo lo que se podía haber dicho y no se dijo.
Un saludo
Eso me ha hecho pensar a mí también, creo que es una de las mayores virtudes de "La casa".
EliminarUn saludo, Conxita.
Paco Roca me emocionó en su momento y será fácil que lo vuelva a hacer. Me dejaré :)
ResponderEliminarEl tiempo no se pierde. Lo digo porque en mi cabeza el concepto de "perder" incluye la posibilidad (por remota que sea) de "encontrar". Y el tiempo perdido no se vuelve a encontrar. Quizás, eso sí, sea un paso necesario para encontrar algo.
Un abrazo
Me gusta ese matiz, Ana. La búsqueda del tiempo perdido, pero nunca recobrado. Algo se encuentra, sin duda. Lo más insospechado a veces. Y también creo, que, en el fondo, se inventa.
EliminarUn abrazo.
Hola, Gerardo, aunque había leído esta reseña y había marcado + no la había comentado pues he estado un tanto "envolatada". Me gustó mucho por el tema. Las casas se ´parecen a los álbumes familiares que tienen escritas en sus paredes las biografías de quienes las habitaron. El otro elemento que me gustó la forma como esta construido el libro, mezclando la viñeta y el cómic. Además por supuesto, tu estilo al reseñar logra interesar y dar al lector una prueba que abra su apetito. Gracias y trataré de buscarla en librerías, veremos cómo me va... Cariños.
ResponderEliminarEl libro está construido con mucho gusto, hay un buen guión detrás. Muy completo, en la cuestión gráfica y la propia historia. Según he leído de gente más experta, destaca en todo. De hecho, recientemente ha recibido el Premio al Mejor Cómic Nacional de 2015 que otorgan las librerías especializadas. A ver si tienes suerte, yo lo conseguí en la biblioteca de mi ciudad.
EliminarSaludos.
No suelo leer novela gráfica, pero nunca la descarto si puede interesarme y tras leerte, me interesa.
ResponderEliminarEl paso del tiempo siempre es un clásico en literatura, generalmente suele ur acompañado de la nostalgia que es algo que me disgusta profundamente, sí me gusta a la manera de Proust que el pasado venga a mi a través de un olor, un sabor, algo fugaz que desaparece enseguida.
Abrazos!!
Esa última idea creo que es la que desarrolla Paco Roca. Aunque me parece bastante difícil que la nostalgia no aflore en algún momento. Es una novela gráfica o cómic muy interesante. Un género en alza, por cierto. Yo llevo varios y todos han sido notables.
EliminarUn abrazo.
Yo también leí "Arrugas" y me impresionó la sensibilidad con la que trataba el Alzheimer con toques de humor para evitar la sensiblería. Así que no me sorprende que "La casa" sea un buen libro.
ResponderEliminarUn abrazo
Es como dices, Paco Roca es un autor con mucha sensibilidad y sabe abordar ciertos temas sin caer en el tópico. Volveré a darle una lectura a "Arrugas", ya que lo mencionas.
EliminarUn abrazo.