Marta Sanz y la portada original de Farándula. Foto: joseluisrico.com |
Tenía
ganas de conocer la prosa de Marta Sanz
después de leer varias reseñas elogiosas en blogs amigos, así que durante mi
última batida por la biblioteca conseguí Farándula,
junto a otras piezas de caza mayor a las que trataré de hacer un hueco en
la llanura. Precisamente por este título
ganó el Premio Herralde de Novela 2015.
Marta Sanz (1967) fue también finalista del Premio Nadal en 2006 con Susana y los viejos. Entre su obra
destaca Lección de anatomía (2009) y Daniela
Astor y la caja negra (2013),
todas en Anagrama.
Con la preparación y estreno de una versión de la
película Eva al desnudo de fondo, Farándula inserta las historias
cruzadas de varios actores, personajes arquetípicos pero que son definidos con
pericia. Valeria Falcón es una actriz de formación clásica, en el ocaso de
su carrera, que ha sido incapaz de ganarse al gran público. Ahogada por la
precariedad de su oficio, asiste a la veterana Ana Urrutia, estrella olvidada,
decrépita a la que un ictus dejará postrada. Esta circunstancia es uno de los
elementos que activa la trama e introduce nuevas bifurcaciones en la historia.
Natalia de Miguel es la actriz en ciernes, compañera de piso y pupila poco
aplicada de Valeria, que adquiere notoriedad tras su participación en un reality
show. Daniel Valls es un actor de éxito, flamante ganador de la Copa Volpi.
Vive en un apartamento de lujo en la parisina Plaza de los Vosgos con su
flamante mujer Charlotte, una “bróker filántropa”, también definida como su
“yegua”, que trata de protegerle de los comentarios infamantes que despierta
por doquier, en parte debido a sus trasnochadas inquietudes políticas, en parte
por la clásica envidia española. Lorenzo Lucas es el contrapunto de Valls, un
actor solvente pero maleado, un cínico deslumbrado por la juventud y simpleza
(y talento, aunque le cuesta reconocerlo) de Natalia de Miguel. Este es el
elenco esencial de Farándula.
Fotograma de "Eva al desnudo" (Foto: |
Hablando de personajes, Marta Sanz parece sentir
una inconsciente predilección por los más cínicos, así, Natalia de Miguel y
Daniel Valls salen peor parados, mientras Lorenzo Lucas y la “espesa” Urrutia
se pavonean hasta el final. Incluso a esta última le ofrece un cameo, un delirante
y malvado monólogo que alguna crítica definía como uno de los momentos
culminantes de la novela, pero a mí no me lo parece. Claro que yo no soy
crítico. El epílogo final lo pone Valeria Falcón, cuyo inoportuno enganche en
el alcantarillado de la Plaza del Sol compone una obertura magnífica, intensa,
casi un viaje lisérgico donde se captura cada brizna, cada partícula del
ambiente de la plaza, con ironía, con ingenio, con ampulosidad cubista.
Con discutible
criterio, Marta Sanz le otorga a Valeria Falcón la palabra final,
convirtiéndola (creo) en su alter ego.
La novela está organizada en breves capítulos, casi
fogonazos que te dejan con los ojos clavados al libro y transcurren con ritmo. Marta Sanz parece puro nervio. Mientras leía pensaba además
que sus sesiones de escritura deben ser una pura fiesta; cuesta imaginarla en
un escritorio de madera maciza, lúgubre y con el ceño fruncido. La creatividad
de cada frase, su ironía, el sentido del humor; su desparpajo, la incontinencia
o inconsciencia con la que desgrana metáforas. Hay pasajes donde parece
utilizar un fusil de repetición y no un teclado o máquina de escribir (me
resisto a creer que escriba a mano, no se puede escribir así a mano, la mano es
demasiado lenta: Marta Sanz es pensamiento desbordado). Y generosa, además. Si
puede utilizar tres adjetivos, pues los tres. No hay porqué elegir entre dos
metáforas: las dos van derechas. Con un estilo tan apabullante, hay momentos de cierto
desequilibrio y la trama se resiente. Algún lector seguro que le tirará de las orejas por sus excesos.
Otra cuestión para valorar Farándula tiene
que ver con la carga reflexiva de muchos de sus pasajes. El tema de la
inseguridad personal está muy presente, no sé si es cosa exclusiva del actor o del
artista en general. Quizá, pensándolo bien, sea uno de los temas de la novela,
soterrado, es cierto que aquí se trata de reflejar el mundo cambiante del
espectáculo, su mutación y naufragio, pero ¿no es la insatisfacción uno de los
males de nuestro siglo, o mejor dicho, de nuestra sociedad? Una cuestión que en
el caso del que se expone públicamente está intensificada por la picota
digital: la furia desmedida, desprovista de toda empatía, del que trolea o
critica en las redes (el célebre hater). Qué fácil es sentirse
desgraciado en este mundo nuestro, de dejarse llevar por angustias y miedos
cuyo solo indicio se traga cualquier atisbo de felicidad.
Hay una certera crítica social en Farándula, centrada
en el mundo del espectáculo y por extensión de la cultura. Los actores que
preparan “Eva al desnudo” lo hacen sin cobrar y están a expensas del resultado
de la taquilla. Ana Urrutia languidece con los escasos ahorros, porque apenas
cotizó durante su larga carrera y depende de la caridad de sus colegas. El
concepto de cultura gratuita ha calado hondo y excluye las necesidades de
personas que trabajan duro para compartir su talento y puesto que viven en un
sistema donde todo se compra y se vende, no carecen de necesidades. Una
precariedad laboral que se puede hacer extensiva a otras capas de nuestra
sociedad. Esta cuestión, junto con las alusiones al linchamiento digital, a la
libertad de expresión garantizada por ley, pero penada en el mundo virtual con
el acoso y derribo, hacen de Farándula una novela de nuestro tiempo.
Hay también una conclusión un tanto pesimista,
¿asistimos a una mutación del concepto de espectáculo? ¿Forma parte el teatro
de un mundo que agoniza, simbolizado por la catatónica Ana Urrutia o el
desorientado Daniel Valls, que desaparece sin más en los compases finales de la
novela? ¿Es Natalia el símbolo de una nueva era, definida por la celebridad
digital o pueril del reality? Cuestiones para los más sesudos, en
cualquier caso son temas que me ha evocado esta novela y me han hecho pensar.
Viendo todo lo que he escrito, algo caótico, casi
eléctrico, un poco contagiado por el estilo de Marta Sanz, concluyo con una
entrevista suya realizada en el programa Página 2, donde desgrana alguna de las
claves de esta valiosa (que no perfecta) novela en la que aborda “el oficio de los actores como
metáfora de muchas otras profesiones y como metáfora del mundo en el que
estamos viviendo”.
A mí esta novela de Marta Sanz me gustó mucho. En ella retrata con gran maestría la vida de los actores y demás allegados al mundo del teatro e, incluso, de la televisión. A lo largo de sus páginas, se aprovecha para hacer una lúcida reflexión sobre el talento, la fama y las luces de la popularidad; reflexión que no ha de quedarse únicamente en el teatro, sino que puede extenderse a todos los sectores. Honda, incisiva y, a veces, demoledora, cuando no satírica.
ResponderEliminarEn mi opinión, quizá le sobran enumeraciones (muy del gusto de la autora). Eso sí, está muy bien escrita.
Me ha gustado tu reseña, Gerardo. Estoy de acuerdo en que Marta Sanz es un torrente. Escribe como un río o, al menos, eso parece mientras se la lee.
De esta autora, aparte de este título, he leído «La lección de anatomía». Me gusto, pero no tiene tanta garra como «Farándula».
Y pienso seguir leyéndola. Me interesa.
Saludos afectuosos, Gerardo.
Coincido contigo. Es una sátira con mucho humor, escrita con gran talento y que trata múltiples temas, entre ellos cuestiones de nuestron tiempo, como la insatisfacción crónica, el gregarismo y la lapidación digital tan de moda. Tengo anotada "Lección de anatomía" y puede que sea la siguiente, aunque por las reseñas que he leído se trata de otro enfoque, quizá más dramático.
EliminarGracias por pasarte, Isabel.
Muy buena reseña, Gerardo en la que trasladas muy bien la esencia de la novela. Totalmente de cuerdo contigo en el derroche de metáforas, adjetivos y conceptos, la escena en que enumera los tipos que hay por el mundo es antológica. Ni en cien mil años pensando se me ocurrirían todas las figuras que ella muestra.
ResponderEliminarPara mí, todo un descubrimiento esta novela.
Precisamente llegué a este libro por una reseña tuya, como ya te comenté hace poco. Hay varias escenas antológicas, mi favorita es nada más empezar, esa visión caleidoscópica de la Plaza de Sol: genial.
EliminarSaludos!
Soy una enamorada de la Puerta del Sol (y sus aledaños). La reseña de Rosa ya me suscitó curiosidad por ese inicio sobre la plaza y ahora con tu reseña, Gerardo, no voy a tener más remedio que leer el libro.
ResponderEliminarAdemás comprobaré si empatizo con los personajes de la farándula porque mis experiencias como espectadora de obra teatrales son algo contradictorias entre sí.
Un abrazo.
En realidad fue gracias a la reseña de Rosa que di con esta novela, la tenía anotada y al verla en la biblioteca me la traje para casa.
EliminarEl dibujo de los personajes es uno de sus puntos fuertes, los hay de todo tipo. De hecho el retrato de los personajes está a veces por encima de la trama. No conozco a ningún actor y me ha resultado curioso el tema, pero creo que es extensivo a muchas parcelas de nuestra sociedad. Es una novela que al hablar de lo particular, en realidad toca temas más generales. La entrevista de Página 2 es interesante y se ve un poco la personalidad de la autora.
Un abrazo.
Yo también tengo muchas ganas de leer algo de esta mujer, aunque aún no se han alineado los planetas ... El tema de la inseguridad personal, curiosamente, sí que se da mucho en actores, pues es algo que les he leído a muchos (pero muchos) de ellos en distintas entrevistas.
ResponderEliminarbsos!
¿Por qué será? Quizá la exposición pública les vuelve vulnerables, y más en los tiempos que corren (estoy pensando en el linchamiendo de Dani Rovira después de los Goya) o es porque al estar haciendo ese esfuerzo de desdoble, de recrear otras personalidades, se vuelven inseguros.
EliminarYa nos contarás si al final cae en tus manos "Farándula" u otro título de Marta Sanz.
Saludos!
No me he estrenado con Marta Sanz y a punto he estado de estrenarme con este libro. Pero la verdad es que visto críticas sobre "Farándula" tremendamente contradictorias y eso me puso freno. Soy consciente de que Marta Sanz es una escritora de las que actualmente despunta en el panorama literario y quiero entrar con buen pie a sus libros. Suena raro, pero creo que me acercaré a ella... empezando con su poesía :)
ResponderEliminarUn abrazo
Las críticas que he leído en general son elogiosas, pero en estos tiempos lograr unanímidad se me antoja casi imposible.
EliminarEntiendo que quieras ser cuidadosa en tu elección, también tengo en lista "Lección de anatomía", por diversas sugerencias blogueras.
Sobre su poesía no he leído nada, seguro que es cuanto menos interesante.
Un abrazo.
Me encanta tener nuevos proyectos de lectura. Anoto la sugerencia, no la leí ni nada de su autora. Tengo curiosidad por esa reflexión pesimista a la que aludes, además desconozco el mundo de la farándula.
ResponderEliminarLa reseña de diez!!
Abrazos
Gracias Marybel. Ahí estamos con ese toma y daca de sugerencias, parece esto un partido de tenis. Sabes que con frecuencia me llevo anotada más de una lectura de tu blog y que siga así.
EliminarUn abrazo.
Llevo con ganas de leerla desde que le dieron el premio Herralde solo que quise leer primero "La lección de anatomía" que llevaba tiempo en mi lista de pendientes.
ResponderEliminarEs verdad que te ha salido la reseña un tanto frenética pero a mí por lo menos me ha incentivado aún más a leerla. La parte de crítica que lleva es lo que más me tienta. Espero no tardar mucho en leerla.
Un abrazo
Recuerdo la reseña de "Lección de anatomía", que también tengo en lista. Esa parte de crítica social es muy interesante, junto con su estilo particular y el boceto que hace de los personajes. Si llegas a leerla no dejes de compartir tus impresiones, Lorena.
EliminarUn abrazo.
No no no!!! No puedo leerlo!!! Compré "Farándula" en Semana Santa, y no he querido ni leer la sinopsis ni impresiones de ningún tipo, quiero leer sin pretensiones. Después de que lo haga volveré a ver si coincidíamos en algo.
ResponderEliminarBesos
Pues como decimos por aquí: ya estás tardando. Espero entonces tus impresiones, a mi me ha gustado bastante pero ya sabes que sobre gustos no hay nada escritos.
EliminarUn abrazo.
Igual está en Amazon, voy a mirar. No lo he leído, pero no me lo pierdo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Pepa. A mí me ha gustado, aunque he leído críticas que se ceban con sus defectos (¿existe la novela perfecta?), pero claro, yo no soy experto ni entendido. Solo leo y lo que me parece interesante lo comparto. Sin mayores pretensiones. Espero tu valiosa opinión si cae en tus manos.
EliminarPues me has despertado la curiosidad, Gerardo. Los libros que tienen críticas contradictorias suelen ser muy interesantes hasta en sus críticas. Gracias por compartirlo. Un abrazo
ResponderEliminarEs cierto. Además, en las críticas se pueden ver las fobias y debilidades del que escribe. En mi caso no es crítica, porque no soy tal: es simplemente una lectura compartida y comentada. Agradezco que lo valores de ese modo.
EliminarUn abrazo.
Una novela -lenta, farragosa y aburrida- sobre el mundo del teatro llena de tópicos y lugares comunes. Me costó un enorme esfuerzo leerla.
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