Edición de Libros del Asteroide. También está en Debolsillo, la traducción en ambas es de Pedro Tena. Foto: joseangelgayol.wordpress.com |
Varias
instantáneas resumen la locura homicida del pasado siglo: las vías férreas que
conducen a Auschwitz, ese paisaje horizontal y lúgubre que pone los pelos de
punta; la niña vietnamita huyendo desnuda (ella misma se arrancó
la ropa), abrasada por el napalm; el desconocido estudiante chino, desafiando a
los tanques en Tiananmen y del que nada más se supo; el hongo nuclear y la
planicie devastada de Hiroshima, con la sola presencia de aquel edificio de
hormigón y ladrillo, milagrosamente en pie. La fotografía ha sabido plasmar,
como la pintura en el barroco, el espíritu de una época. Pero la literatura
también ha dejado su impronta, y hoy, seis de agosto, setenta años después del
lanzamiento de la primera bomba atómica, no puedo evitar sacar de mi estantería
y releer algunas páginas de Lluvia negra de Masuji Ibuse y sobre todo, recomendar
su lectura para honrar a las víctimas y perpetuar su memoria, para en
definitiva, no olvidar.
Imagen actual de la conocida como "cúpula de la bomba atómica". Os recomiendo pinchar en el enlace (Japonismo.com), de donde he extraído la foto. Hay un estupendo reportaje sobre el Memorial de Hiroshima a las víctimas. |
El
libro está centrado en la historia de una joven, Yasuko, que fue afectada por
la “lluvia negra”, que cayó sobre Hiroshima después de la explosión y contenía
cenizas, hollín y materiales radioactivos. Las posibles secuelas ahuyentan a
los pretendientes de la muchacha, que aspira a casarse y su tío, decidido a
jugar una última baza, trascribe el diario de Yasuko y el suyo propio, para
entregárselos al que parece un firme pretendiente y demostrar que está sana y puede ser una
buena esposa. La narración se completa con el diario de otras personas, por
lo que hay varios puntos de vista, reconstruyendo así también los momentos
anteriores y posteriores al bombardeo.
La sombra de las víctimas de Hiroshima (foto: historiasinsolitas.com) |
Siempre me ha fascinado la imagen de la sombra de los
muertos. Una luz cegadora desintegró a las personas que se encontraban dentro
de la bola de fuego, un infierno de miles de grados centígrados. Solo quedó el
polvo de lo que fueron hombres, impreso en el pavimento. Quiénes se adentren en el libro, podrán revivir el horror de la bomba. Pero en Lluvia negra,
encontrareis mucho más. El autor, a pesar de lo sórdido del tema, no se recrea en detalles escabrosos, la narración tiene ese punto de esteticismo marcadamente nipón, es tranquila, sosegada y humana. Encontrareis el estigma con el que tuvieron que vivir
los que no murieron, pero quedaron afectados o expuestos a la radioactividad.
Encontrareis el peso de la culpa, sí, parece increíble, de los supervivientes, la
estela de esas víctimas que sucumbieron, debilitadas por los rayos gamma, años
después. Sus emociones, sus miedos, sus esperanzas. Un acercamiento humano a la
tragedia, que reproduciendo la cita de la solapa de mi edición (Debolsillo), se
puede considerar:
“El libro más bello que se ha escrito jamás sobre al acto humano más horroroso infligido por un grupo humano sobre otro”.
Qué bonita manera de hacer un homenaje a las víctimas de Hiroshima, leyendo una novela sobre el tema o releyendo fragmentos en tu caso. Intentaré hacerme con un ejemplar porque con tu reseña la lectura se presenta muy atractiva y eso que yo tengo un poco 'atravesados' a los escritores nipones.
ResponderEliminarEspero que con Masuji Ibuse se rompa 'la maldición'.
Un abrazo
En casos como el de Hiroshima no se debe olvidar, es nuestra historia y la bomba atómica ha definido nuestro mundo, para bien o para mal, porque todavía hay miles de artefactos mucho más potentes que el de Hiroshima listos para usarse. O sea, que la amenaza nuclear no se ha disipado, por eso la necesidad de recordar.
EliminarEspero que te guste. En mi caso, no fueron tanto los detalles de la explosión, que ya conocía sino las dificultades de los supervivientes y el rechazo social y exclusión en el que vivieron. En esta entrevista, una japonesa natural de Hiroshima, que reside en Canarias habla de ese tema y otros, te pego el link: http://latorredemontaigne.com/2015/08/el-desplome-del-sol/
Saludos y gracias por comentar!!
Estremecedor el episodio. Tiene que ser difícil enfrentarse a él para cualquiera, pero para un escritor japonés tiene que ser durísimo. Los escritores japoneses no me gustan mucho. Tal vez porque su cultura es tan distinta a la nuestra que la siento muy ajena y me deja un poco fría, pero este libro del que hablas me resulta muy atractivo.
ResponderEliminarGracias por tu reseña. Un abrazo.
Es un libro que se acerca al tema con toda delicadeza, sin recrearse en lo escabroso. En mi caso, lo que he leído de literatura japonesa (Mishima, Murakami) si me ha gustado. Supongo que tiene que ver con el hecho de que me crié leyendo Manga y viendo Anime, jeje. Es cierto lo de la distancia cultural, pero el japonés creo que tiene una sensibilidad especial y un gran sentido estético. Si te animas con Lluvia negra ya me contarás.
EliminarUn abrazo.
Como te comentaba me encontré con este libro hace poco, y aunque en las escasas ocasiones que me he acercado a la literatura oriental no siempre he conseguido conectar, es de esos libros que te dicen léeme. Será esa cita final que nos dejas que leí en su sinopsis, será que tengo reciente la lectura de "Voces de Chernóbil" y ya he sentido empatía con los personajes de esta otra sin haberla leído. Sé que esta será una lectura distinta porque confluirán en ella distintos factores, pero igualmente me apetece mucho. Y me ha gustado tu reseña, las cosas en las que incides y me fío de tu recomendación. Tardará un poquito pero caerá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues vamos a seguir el mismo camino, pero a la inversa. Me van a dejar Voces de Chernóbil (que conocí a través de tu blog) en breve, ya te contaré. Espero también tus impresiones sobre Lluvia negra.
EliminarUn abrazo.