Tenía
reservada esta novelilla de Bernardo
Atxaga para degustar en un momento especial. En la
portada un joven lucha contra una serpiente, que se le ha enredado por el
cuerpo. Parece un Laocoonte campesino. Esa serpiente bien podría simbolizar el
rencor, la ira incontrolable, la envidia maliciosa o los celos. Todos aquellos
sentimientos que pueden asfixiar lo bueno que hay en nosotros. El
título, Dos hermanos, de
reminiscencias bíblicas, acentúa esa aura de tragedia.
Nunca
pensé que afrontaría su lectura en mitad de esta tempestad que nos abruma. Aún
no estamos en el ojo del huracán, apenas han caído las primeras gotas. Me
siento decepcionado porque la sociedad más igualitaria, próspera y formada de
la historia sea capaz de engendrar tanto egoísmo. Un egoísmo que vacía los supermercados
y llena las playas. Esta tarde he tenido que salir, con permiso del estado de
alarma. Mi hijo requería unas medicinas para alejar el coco del broncoespasmo. La farmacia era la representación de la abundancia y del terror.
Después
he ido al super que hay al lado, para proveerme de víveres. Las vitrinas
estaban esquilmadas y unos pocos errantes, vagaban guarecidos bajo sus
protecciones de látex. Humanos eludiendo a otros humanos y a la vez,
buscándolos. Ha sido curioso: me evitaban al principio, pero luego hacían un
gesto de arrimo involuntario. ¿Querían compartir su miedo? Una anciana se me ha
acercado por detrás, encorvada, con un bastón tembloroso. No encontraba las patatas.
He localizado una malla de un kilo entre dos cajas: los tubérculos lavados,
esplendorosos, del tamaño de kiwis. La mujer ha suspirado cuando le he dicho el
precio. Le he dicho: No se acerque a nadie, señora,
los mayores tienen que ir con mucho cuidado por el virus. Se ha reído y han
brillado sus ojos octogenarios. Hay muchos ancianos solos, rebuscando en los
estantes semivacíos: cuando fue la marabunta, no pudieron ni acercarse a la
puerta. Quedan cigalas en la sección de congelados, ternera Angus en la de carne y mucho vino, pero no hay patatas, ni
zanahorias, ni pollo.
Dos hermanos es una fábula donde el drama asoma también en los símbolos, como mi pobre anciana
gibosa espigando patatas. Desde el principio sabes que todo saldrá mal en esta
historia. Porque comienza con la muerte. En un lugar mítico: Obaba, que uno
imagina como un valle fragante y sombrío.
Un hombre agoniza y como aconseja la buena muerte, debe dejar sus asuntos
arreglados. Tiene dos hijos, Paulo, al que dirige su última voluntad y Daniel. Cuida siempre de Daniel. Cuida de tu hermano
en todo momento, tanto si llueve como si luce el sol, tanto en julio como en
cualquier otra época del año. Tú eres el único que puede cargar con esa tarea.
¿Qué le ocurre a Daniel? No es una
persona normal, pero tampoco es un trapo viejo. Es tu hermano, el único que
tienes.
Adaptación al cine de Dos Hermanos (Bi Anai), por Imanol Rayo.
Adaptación al cine de Dos Hermanos (Bi Anai), por Imanol Rayo.
La vida de estos huérfanos se verá entrecruzada con las de Carmen y Teresa. Carmen es prima de Paulo, sus familias se separaron por agrias disputas y siente una mezcla de repulsión y atracción por su primo, un deseo morboso de venganza y a la vez anhelo. Teresa está enamorada de Paulo y encuentra en Daniel y su naciente deseo sexual, una manera de acceder a su amado, que alentará Carmen para llevar a cabo su plan fratricida. El desenlace llegará en pocas páginas. Nos lo cuentan los animales del bosque, guiados por una misteriosa voz. El pájaro, las ardillas, la taimada serpiente (extasiada por el odio que domina a Carmen), incluso las estrellas: son nuestro narrador omnisciente, pero sin capacidad para torcer lo que parece escrito. Son, en cualquier caso, transmisores (¿y símbolos?) de los sentimientos que arrastran a nuestros personajes. Con ese recurso fantástico, originalísimo, Atxaga nos lleva a un espacio irreal y a la vez conocido, de sentimientos primitivos y devastadores. El destino es inamovible y desemboca en la perdición. El rencor acumulado, como el veneno de la serpiente, lo extermina todo.
Dos hermanos fue escrita en Euskera con el título de Bi anai y luego, años más tarde, recuperada por el autor y traducida por él mismo. Lo que implica, de hecho, una reescritura. No dejó de extrañarse Atxaga ante sus propias palabras, como concluye en el epílogo: imposible volver a ser lo que fuimos antes, imposible escribir como entonces, imposible encontrar la palabra exacta sin traicionar el original. De ahí que, a pesar del parecido, este Dos hermanos no sea aquel Bi anai. En términos vagamente aritméticos, yo diría que Dos hermanos es igual a Bi Anai más-menos once años de la vida de su autor. Bernardo Atxaga (seudónimo de José Irazu Garmendia) es uno de los escritores en euskera más prestigiosos y Premio Nacional de Literatura 2019. Merece la pena adentrarse en el mítico Obaba para volar, como el pájaro narrador, hacia sus inmediaciones:
Emprendí el vuelo dispuesto a cumplir la orden que había recibido de la voz, y volé valle abajo hasta que el torrente adquirió la anchura y profundidad de un río, y luego seguí volando por encima de los alisos que, en lugares como Obaba, siempre acompañan la marcha del agua hacia el mar. Después de un tiempo, observé que el río se remansaba y que la fila de alisos se interrumpía para dejar sitio a una construcción rodeada de troncos de madera y castillos hechos de tablas, y supe que aquello era un aserrador y que mi primer viaje estaba a punto de concluir. Era ya el atardecer, y el cielo era amarillo y azul, amarillo intenso en la parte donde se estaba poniendo el sol y azul pálido en el resto.
Ahí
os dejo.
Hace mucho que no leo nada de Atxaga. Ahora tengo pendiente en mi estante su última novela "Casas y tumbas". Su libro "Obabakoak" fue durante mucho tiempo el único libro de relatos que me había cautivado. Ahora ya hay alguno más.
ResponderEliminarApunto este "Dos hermanos" porque esas reminiscencias de Caín y Abel siempre me han fascinado.
La insolidaridad y el egoísmo del ser humano han conseguido lo que no consiguió el Universo: ser infinitos.
Luego salen a aplaudir a los sanitarios, pero dentro de un año estarán de nuevo exigiéndoles lo humano y lo divino. ya sé que hay gente que no merece estas palabras, pero la mayoría... La verdad es que tenemos a Caín y a Abel delante de las narices con salir un poco de casa.
Un beso y que te vaya muy bien en el encierro. Con niños debe de ser difícil.
Un beso.
El postureo se nos da bien, pero seguir una conducta ética y actuar con madurez...Pasa con muchas cosas, es como si tanta abundancia nos hubiera postrado en una especie de minoría de edad social.
EliminarObabakoak lo tengo pendiente porque me gustó mucho la película, me pareció mágica y también "Tasio" de Montxo Armendáriz que es algo anterior y aunque no se basa en Atxaga, los paisajes y las gentes me lo recuerdan. En su día tuvieron mucho éxito.
Veo el encierro una oportunidad para pasar tiempo juntos. Además, con la práctica de los veranos estoy bastante curtido, jaja. Mi mujer, que ha tenido que instalar la oficina en casa, lo lleva peor.
Un abrazo.
¡Hola Gerardo!! Es tremendo el egoísmo que vemos en estos días duros, me alucina el acaparamiento tan bestial de todo tipo de productos que hace la gente sin pensar en nada más (sigo sin entender la crisis del papel higiénico, ¿tú lo entiendes? de hecho en casa se nos está acabando y de momento no hay manera de pillar un solo rollo). Está claro que los tiempos duros pueden sacar lo mejor de la humanidad, pero también lo peor.
ResponderEliminarEn fin, esperemos que todo esto pase...
Respecto al libro del que hoy nos hablas, te diré que no lo conocía y he estado mirando la peli basada en la novela que es de 2011 y la verdad es que me atrae mucho, más que el libro.
Si la veo por la biblio cuando regresemos al trabajo, seguro la veré.
Un besito y ánimo con el encierro forzoso
Así es, por suerte hay tantos ejemplos de altruismo como de egoísmo. Espero que el primero vaya, con el paso de los días, superando al segundo. El ser humano es tan poca cosa que sin cuidar los unos de los otros no hubiéramos llegado a nada.
EliminarCon las bibliotecas cerradas, aprovecharé para quitarme pendientes, jeje.
Mucho ánimo para ti también.
Un abrazo.
Vino no sé, pero yo sé de una vecina que volvió al super específicamente para comprar una botella de cava. Ya que hay que quedarse en casa pues quería algo con qué brindar. Mucho comportamiento contradictorio y mucho postureo veo yo también, y como no nos tomemos esto en serio esto va para largo más las consecuencias que habrá después. En fin, no sigo, que me he prometido a mí misma no pronunciarme demasiado sobre el tema.
ResponderEliminarEl libro me ha llamado mucho la atención: ese presentimiento de que todo va a acabar mal desde el principio, la relación Caín/Abel de los hermanos, los animales del bosque como narradores de la historia... He mirado y lo tienen en la biblio pero toca esperar a que acabe el encierro y reabran las bibliotecas. De momento es tiempo de ebook y de algún libro físico que tengo por casa sin leer.
Un abrazo
Que sean los animales los narradores es lo mejor. Cada animal tiene su propia voz. Leen el pensamiento de los personajes, son su extensión y a la vez parece que hablen a través de ellos. Me parece una genialidad. Solo por eso merece la pena leerla.
EliminarToca tirar de pendientes, Lorena. Hace unas semanas se me ocurrió además darme de alta en la e-biblio: lecturas no me van a faltar.
Un abrazo y cuídate.
A mí más que el confinamiento (siempre he sido casero e introvertido, no lo llevo mal), me está molestando la gente. Su actitud, sus comentarios, los idiotas que son. Supongo que en sucesos así, conoces mejor a la gente (también algunos sorprenden para bien, por suerte).
ResponderEliminarYo también espero que en esta cuarentena caiga algún libro de los que tengo eternamente pendientes.
Tengo muchas ganas de leer a Atxaga, para estrenarme con él. Eso sí, la canción "La vida que yo veo" de Loquillo es de un poema suyo, y me la sé de memoria.
Un abrazo.
No conocía esta de Loquillo, gracias. Los últimos versos son estremecedores.
EliminarA mí tampoco me molesta mucho el encierro, tengo niños pero no es malo estar todos juntos y así compensamos esas semanas donde no tienes tiempo ni de darte un beso. Lo peor son los ruidos de la comunidad, ahí si que no...
Un abrazo y cuídate.
Todavía sigo sin entender este comportamiento de la gente en los supermercados. No me quiero imaginar cómo tienen que tener las casas, tienen que tener papeles higiénicos y pollo hasta debajo de la cama... En fin, somos así y nadie nos va a cambiar.
ResponderEliminarSobre el libro me recuerdas que aún no he leído nada de este autor. No tengo perdón. Y me parece que éste podría ser un muy buen libro para estrenarme. Me gusta la temática que trata.
Besotes!!!
Sí, es una fábula muy bien contada y con esos elementos originales que comentaba. El comportamiento humano da para mucha literatura, jaja. Yo creo que los temas no se van a agotar nunca.
EliminarUn abrazo a distancia.
Hola Gerardo, describes muy bien la sensación que tenemos algunos, sobre, esa "panademía" consumista y acaparadora que nos invade. Yo desde principios de la semana pasada no he pisado ningún supermercado, salí bastante escandalizada de uno de ellos, y además me prometí que unicamente compraria los productos y las cantidades habituales de los míercoles, y así ha pasado que ayer abrí el último carton de leche, pero bueno no estoy en edad de crecer, y también me gusta el café sin leche, claro que yo me puedo permitir e incluso presumir de austeridad, porque vivo sola.
ResponderEliminarEn cuanto a la reseña me parece como todas las tuyas, animadora a la lectura del autor reseñado. No he leido nada del autor, pero casualmente, hace bien poco me hice con un ejemplar de Obabakoak ( un familiar se ha trasladado de vivienda y repartido parte de su biblioteca entre los allegados. Hoy en cuanto salude a familia y amigos, desconectaré el telefono e intentaré ponerme al día de la lectura que tengo entre manos, y a lo mejor antes que termine la cuarentena le meto mano a Bernardo.
Cuidate mucho y si tienes tiempo y nos regalas algún escrito tuyo, pues "miel sobre hojuelas". Un abrazo
pura.
Gracias, Pura. "Dos hermanos" se sitúa en Obaba, así que supongo que Obabakoak será parte de ese ciclo. Yo también trato de mantener mis rutinas y no dejarme llevar por el pánico. No es fácil, pero es lo que aconsejan en casos así. En casa tengo instalado el instituto, la oficina y el colegio, ¡no paramos!
EliminarCuídate.
Así es Gerardo, es una situación abrumadora, sé que en Tomelloso el asunto también se está poniendo feo.
ResponderEliminarPara virar un poco el timón en este dramón vírico que nos está jodiendo bien, hay una serie de cuestiones positivas en todo esto, empezando por la más notoria, el cese del frenesí industrial y energético a escala planetaria ha supuesto una notable mejoría medioambiental, esto ya se puede comprobar en estudios publicados por diversos organismos, como La NASA, estos días (la contaminación es una “pandemia permitida” y se lleva a muchísima más gente que el Covid-19 cada año).
Por otra parte, es sorprendente como vamos encontrando, a base de ingenio, todo tipo de soluciones domésticas para sobrellevar el confinamiento; planto mi esterilla aislante en el piso y hago mi rutina de ejercicios, trote y gimnasia cada día con mi hija mayor, así durante 40 o 45 minutos… ¡y sudamos! La pequeña baila con su madre un buen rato, sano ejercicio igualmente. Luego me toca hacer de profe, claro, sin olvidar que debemos hacer las tareas domésticas. En fin, esto está siendo un valioso experimento sociológico para todos… y dará para múltiples estudios y tesis doctorales.
De Bernardo Atxaga he leído, más bien a mi hijas, algunos de sus cuentos publicados en El Barco de Vapor, y me han encantado, tengo por ahí “Obabakoak” para leer, por supuesto tomo nota de tu propuesta. Me atrae mucho ese universo que recrea Atxaga, y su lectura, más aún viendo los fragmentos que nos dejas, es una buena “vacuna” para olvidar por unos momentos el coronavirus… también es bueno por salud mental no saturarse de información y datos a cada momento, yo llevo cuatro días dosificando mucho la información, nos sentamos a comer a la mesa sin noticias, en la cena igual, solo nuestra conversación con las divertidas ocurrencias de las niñas.
Cuidaros mucho, y ánimo.
Precisamente el blog "The Oil Crash" hablaba del tema hace unos días, también del experimento de "decrecimiento" que estamos viviendo. Algo que decían era imposible de hacer y resulta que se puede. Todas las grandes crisis han alumbrado cambios, quizá nuestro modo de vida comience a replantearse (en serio) a partir de ahora.
EliminarLa creatividad irá a más, porque en Asia siguen tomando medidas de aislamiento social y allí llevan con la epidemia desde enero. Dicen algunos expertos que la mayor insolación conforme se acerque el verano nos dará un respiro, pero hay que prepararse para una larga cuarentena.
Estoy leyendo ahora una novela de Flaubert para la que nunca encontraba tiempo (junto al Walden, vaya casualidad) y puede que por fin sea el momento de abordar el ladrillo de "Guerra y paz". No hay mal que por bien no venga.
Tiene su lado bueno poder disfrutar de los hijos y enseñarles a cultivar la sencillez y la paciencia, es algo que nunca olvidarán.
Un abrazo para todos y a cuidarse mucho.
Hola Gerardo, de Bernardo Atxaga sólo he leído una novela titulada "Siete casas en Francia" sobre el colonialismo en el Congo belga que me gustó. En el universo Obaba todavía no me he adentrado, aunque en su día vi la película de Armendáriz que es buenísima. Es un autor que tengo pendiente. Lo pongo en lista de espera y si el confinamiento se alarga mucho puede que hasta que llegue su turno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo un gran recuerdo de aquella película, creo recordar que tuvo mucho éxito además. La lista de espera se va a llevar un buen bocado, si seguimos así, jaja. Yo estoy leyendo "Salambó" de Flaubert, eterno pendiente.
EliminarUn abrazo y a seguir bien.
Me la apunto, tienes razón, la portada dice mucho, y pensé en lo mismo ... una lucha bíblica. Me agrada mucho esto de los animales que narran, generalmente se piensa para historias de niños pero veo que para nosotros los adultos, nos ayudar a meditas nuestras naturaleza, que vamos... como lo que se ve en el supermercado en esta crisis, instinto de supervivencia a un nivel casi bestial, da pena.
ResponderEliminarAcá nos han prohibido la ingesta de alcohol y a los comercios la venta. Es triste porque es lo que mejor me viene cuando estoy en casa. En la calle el café basta, para las noches, un vinito es lo máximo.
Atxaga logra el tono intermedio entre novela adulta y juvenil, por el recurso a la fábula. Pero lo que nos cuenta es una historia de terribles pasiones.
EliminarSi en España prohíben la venta de alcohol (han cerrado los bares pero se sigue vendiendo en los supermercados), sería el apocalipsis, jaja.
Un abrazo y cuídate.
NO he leído al autor aunque creo tener alguna novela en casa. Tendré en cuenta esta lectura pero no para ahora, que ando con los ánimos por los suelos. Ahora busco cosas livianas que me despejen la mente, novelitas sencillas y que requieran poco esfuerzo. Me he quedado muy tocada con tu descripción de la situación. Como me pare a pensar, es que no doy crédito. Besos
ResponderEliminarEs tiempo de novela de evasión o de novelas tan absorbentes que no te dejen pensar en otra cosa. Me ha pasado estos días con "Salambó" de Flaubert, novela difícil pero tan barroca y alucinante que literalmente te transportaba dos mil años atrás.
EliminarPoco después de mi visita al supermercado leí en el periódico que un grupo de adolescentes se estaban organizando para hacer la compra a ancianos en situación de desamparo. Siempre hay un rayo de luz, Marisa.
Un abrazo y cuídate mucho.
❤️
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y me voy a quedar por aquí.🤗
Respecto al libro, no lo conocía y me parece interesante.
Gracias por la recomendación
Nos leemos,
✒️ Namartaielsllibres
De nada, en breve te devuelvo la visita.
EliminarSaludos.
Este no lo he leído, pero me gusta el imaginario del autor.
ResponderEliminarUn saludo.
Sin duda, es un sello distintivo de Atxaga. El enfoque, al ser contada la historia por diversos animales, también es interesante.
EliminarSaludos.