miércoles, 21 de diciembre de 2016

Cerrando el año cervatino: "El impostor" de Enrique J. de Lara

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Los molinos de Consuegra con el castillo al fondo (foto: Paco Vargas)

Ya queda muy poco para que acabe este 2016, que ha sido año cervantino y bien aprovechado por mi parte, con una relectura intensa de El Quijote por mediación de “El infierno de Barbusse”, entre otras cosas. Lo he tenido fácil, es cierto, porque vivo en el epicentro de ese paisaje donde Cervantes tuvo a bien ubicar gran parte de su novela y a tiro de piedra tengo la cueva de Montesinos en las Lagunas de Ruidera, los molinos de Consuegra y Campo de Criptana, El Toboso, la venta de Puerto Lápice y la cueva de Medrano en Argamasilla de Alba, lugar donde con mucha probabilidad Cervantes pasó una temporada tras ser detenido por la autoridad competente y allí comenzó a urdir su novela. Lugar, donde un noble perturbado, que se retrató en una de las capillas cerca de altar de la iglesia y se puede apreciar el parecido con el personaje imaginado por Cervantes, pudo inspirar a nuestro manco ilustre.

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Interior de la cueva de Medrano en Argamasilla de Alba (foto: turismocastillalamancha.es)

Aparte de la lectura y visita a los santos lugares de la tradición cervantina, tuve también mi peculiar aventura un tanto quijotesca. Enrique Javier de Lara, que ya apareció por aquí con Cerezas, contactó conmigo para que leyera una novela suya todavía inédita, muy relacionada con Cervantes. A pesar de que le expliqué mi falta de formación, mi bagaje de lector sin galones, insistió y al final no pude negarme. Solicité, eso sí, la ayuda de un amigo más cualificado para que diera una segunda opinión y así, poder dar a Enrique una valoración con mayor fundamento, en lo posible. Fue una experiencia interesante, tomar contacto con una obra así, en embrión, aunque hay que decir que el manuscrito que nos hizo llegar estaba acabado, casi listo para su publicación. Y por suerte, esta publicación se produjo a los pocos meses.

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El impostor de Enrique Javier de Lara vio la luz en la editorial Carpe Noctem, que incluye en su catálogo a mi paisano Félix Grande. Nada tuve que ver, ojo. Mi opinión, de lector, nada profesional, poco aprovechable, se dio sobre una novela ya perfectamente rematada. Solo quiero pensar que ese gesto pudo darle algo de suerte, superstición mía, claro. Y estoy orgulloso de haber asistido, si no al parto, al menos a esa primera lactancia de una obra por lo demás notable.

El impostor, no confundir con la novela de Javier Cercas sobre el infame Enric Marco (en la época que se destapó el escándalo estaba estudiando al fondo el tema del holocausto, también por extensión los argumentos del negacionismo y la salida a la palestra de este individuo me alteró tanto que no pienso leer la novela de Cercas, renuncio), tiene en la cuestión cervantina su leitmotiv. La acción comienza en Buenos Aires, donde Marcelo Teruggi, un delincuente de poca monta, da por casualidad con unas cartas dirigidas al escritor. Según fabula Enrique J. de Lara, Miguel de Cervantes se hizo pasar por su hermano para poder embarcar hacia América (en realidad, este fue otro de los anhelos frustrados del escritor) y desde allí compuso El Quijote y el resto de su obra, que enviaba puntualmente y en total secreto a la madre patria. El tal Teruggi trata de vender las cartas al mejor postor, pero se mete en un lío de faldas y escapa a España, donde tratará de hacer el negocio de su vida. Menudo enredo, ¿verdad? Con estas premisas Enrique Javier de Lara desarrolla una novela negra al estilo de Andrea Camilleri, con personajes creíbles, totalmente verosímil, bien construida y pensada, donde no hay ni un cabo suelto.

Decididamente, aquello era un bombazo. En mi cabeza comenzó a tomar forma definitiva una idea. Al mismo tiempo, me asaltó cierta ansiedad que ya no dejaría de crecer. No podía perder los documentos de mala manera, en cualquier parte; que los canas me agarraran y me los afanaran, o que luego de una curda, me los dejara en algún boliche para que un espabilado acabara beneficiándose. No, tenía que tomarme el piojo, marchar a España ahora que por allá las cosas estaban bien... Bueno, ya no tan bien, aunque posiblemente mejor que acá. En España seguro que podría completar el estofado; sacar la suficiente plata como para salir de pobre. Además tenía donde agarrarme en caso de necesidad, poseía un contacto, un viejo chabón de curdela, que había dado por el orto a la mitad de Baires y a quien conocí en mis primeros tiempos en la Capital Federal; exactamente, durante un breve periodo que pasé entre rejas. Actualmente, se ganaba la vida con un boliche especializado en pizzas que había montado en Madrid. Mira por donde, muy cerca estaba Alcalá, la ciudad natal del insigne; quién sabe si de un impostor…

18 comentarios:

  1. Qué historia más interesante. La tuya como lector privilegiado antes de que se publicara la obra y la que, al parecer, cuenta esta. Me ha enganchado lo que cuentas y, sobre todo, me ha enganchado ese ultimo párrafo en lenguaje porteño.
    Apuntada queda.
    Un beso.

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    1. Fue una experiencia, pero sudé lo mío. Es lo que pasa cuando esperan quizá demasiado de ti. Precisamente uno de los puntos fuertes de la novela es el lunfardo del narrador, y como digo, convenientemente dosificado.
      Un abrazo.

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  2. No es lo que más me apetece leer ahora pero parece interesante. Así que tomo nota para más adelante, pues me fío de la opinión de ese lector 'no profesional'.
    Un abrazo

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    1. Te agradezco esa confianza, jaja. La verdad es que sí, el planteamiento es interesante, quizá debido a la avalancha cervantina ha pasado un poco desapercibida, no sé.
      Un abrazo.

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  3. Gracias por la info, cada vez que paso por aquí me llevo una joyita. Aprovecho para desearte unas felices fiestas.
    un abrazo Gerardo.

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    1. Igualmente, Susana. Que disfrutes de estas fiestas en familia.
      Abrazos.

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  4. Interesante Gerardo, la experiencia y la novela, y sí imagino que debe ser una gran responsabilidad y entiendo lo de sudar tinta jajaja
    Felices fiestas
    Un beso

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  5. Ciertamente vives en una ciudad, más aún, en una demarcación geográfica cuya impronta quijotesca y cervantina se hará sentir de muchas maneras.

    Entiendo que no debe de ser fácil sobrellevar esa responsabilidad de leer una obra a petición del propio autor, y a la vez no deja de ser halagador. Tu honestidad es sin duda lo que da valor.

    En cuanto al libro, esa conexión del mundo cervantino con Argentina y el Madrid actual me resulta atractiva, puede dar mucho juego.
    Felices fiestas Gerardo.

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  6. Ciertamente vives en una ciudad, más aún, en una demarcación geográfica cuya impronta quijotesca y cervantina se hará sentir de muchas maneras.

    Entiendo que no debe de ser fácil sobrellevar esa responsabilidad de leer una obra a petición del propio autor, y a la vez no deja de ser halagador. Tu honestidad es sin duda lo que da valor.

    En cuanto al libro, esa conexión del mundo cervantino con Argentina y el Madrid actual me resulta atractiva, puede dar mucho juego.
    Felices fiestas Gerardo.

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    1. Lo de la impronta quijotesca incluso está en las personas, parece mentira como un personaje de ficción puede influir en las personas de carne y hueso.
      Un abrazo, Paco. Disfruta de las fiestas con los tuyos.

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  7. Creo que nunca "torturaría" a alguien de esa forma, pero entiendo por qué recurrió a ti. No solo tiene que ver con tu profesionalidad, sino con tu honestidad. La foto de Consuegra es espectacular parece tomada del punto geodésico que hay al final de la fila de molinos. Allí estuve visitando uno de los molinos que aún funcionan. Buen trabajo. Un abrazo.

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    1. Supongo que tuvo que ver una reseña de otra obra suya que me gustó mucho, en cualquier caso, fue toda una experiencia. Espero que le vaya bien, porque hoy día destacar siquiera un poquito, sin una promoción potente (y muchos amigos arriba) detrás es harto difícil.
      El cerro de los molinos y el castillo son un espectáculo, el molino que está en funcionamiento (Rucio), si no recuerdo mal, es uno de los pocos que conserva la maquinaría original.
      Un abrazo y aprovecho para felicitarte las fiestas.

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  8. Buenos días y gracias a todos, a Gerardo y a quienes frecuentan su página (yo también leo alguna cosa tuya de vez en cuando y me parece que lo haces bien).
    En cuanto a los comentarios/respuestas y de manera un poco general, agradecer éstas en primer lugar y decir que no pretendo endilgar responsabilidades, me tomé, eso sí, la libertad de requerir la opinión de un lector "de calidad", aunque me interesan TODAS las opiniones.
    Es cierto, cuando se brega en las procelosas aguas de escritor desconocido, se tienen pocos lectores y menos impulsos externos. A pesar de todo y como mi vida además está resuelta, me hace feliz constatar que mi Impostor se lee y no disgusta, de hecho, mañana mismo día treinta, tengo un acto de firma de ejemplares en Almería y pronto otros.
    En fin, repito, gracias a todos y Feliz Año.
    E.J. de Lara

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    1. Gracias por tu comentario, Enrique. Espero que vaya muy bien esa presentación y "El impostor" empiece 2017 con fuerzas renovadas.
      Un abrazo.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Enrique me retracto de mi comentario, es evidente que induce a error, yo me refería únicamente a mí, y mi inseguridad sobre mis propios textos. Si quieres lo elimino. Un saludo. Éxitos con tu obra.

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    1. Buenos días Pepa, te respondo "personalmente en persona" que diría Camillieri, ahora que veo tu nota y porque no quiero que por mi culpa termines mal el año, ¡Por favor! Faltaría más. No te tomes mi respuesta en lo personal, ya dije que respondía de manera general, leí comentarios que aludían a esa posible responsabilidad en unas y otras direcciones... Personalmente, no quiero que nadie se sienta en tal disyuntiva, conozco el mundillo de los foros ylos blogs desde gace mucho y sé que inducen a malos entendidos, a buenos e incluso a situaciones peores... ¡Todo bien! Que diría un argentino, y si no, no haberte expuesto a la opinión de los otros.
      Conocí a Gerardo por una casualidad, alguien dio con el comentario que hizo a mi novela Cerezas, me lo hizo saber y desde entonces mantenemos cierto contacto (que hago extensivo a todis los que le leen, si quieren).
      No dispongo de mucho tiempo para participar en nada, eso sí, y todo, favorable o negativo, que pueda decírseme es considerado, porque, y aquí me repito, en el mundillo de las letras nunca jamás un texto acaba de estar pylido y por lo tanto ni mucho menos perfecto. Así es que, esas inseguridades que dices que tienes, son las de todos, incluyendo a los grandes; ya lo decía Cortázar que fue y es uno de éstos.
      Feliz 2017 para todos los quefrecuentan VARADO EN LA LLANURA.

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