Hoguera de libros, imagen de la película Fahrenheit 451, basada en la novela de Ray Bradbury (http://utopiacritica.blogspot.com.es/) |
En
junio de 2016 el CIS publicó los resultados de una encuesta sobre hábitos de
lectura, realizada a unas 2.500 personas mayores de dieciocho años de toda
España, que arrojaba el siguiente dato demoledor: el 39,4% reconocía no haber
leído un libro en los últimos doce meses (enlace a la noticia aquí).
Una cifra mayor que la publicada en diciembre de 2014, donde el porcentaje de
personas que no leían nunca o casi nunca era de un 35%. ¿Estamos ante un
apocalipsis lector?
Quizá
condicionado por la noticia, este verano me ha parecido que la presencia de
lectores en las playas y lugares de vacaciones que he visitado era algo casi
testimonial, cuando siempre han brotado bajo la sombrilla como setas, fenómeno
que para el que escribe resultaba reconfortante. De hecho, restando al turista extranjero
del total, parece que el lector ibérico va a sustituir al lince homónimo como
especie amenazada. El playero ahora tiene entre manos el móvil, donde puede
conectarse a Internet, chatear y ojo, también leer, pero una lectura
permanentemente amenazada por el silbido del whatsapp, la tentación de
hacerse una foto y compartirla en facebook o Instagram y otros depredadores de la atención que no dan tregua.
Datos sobre hábitos de lectura del CIS (diciembre de 2014), fuente: sinmediatinta.com |
El descenso de lectores es un tema que va ligado al desarrollo de
las nuevas tecnologías, pero que también tiene que ver con la elevada tasa de
fracaso escolar y las sucesivas hornadas de jóvenes que se amontonan sin querer
abrir un libro. La cultura es pasto de minorías.
En el llamado Observatorio del Libro encontré otro dato demoledor: en España se publican al día 250 nuevos títulos (incluyendo libros técnicos y de todo tipo, no solo literatura), se producen 621.000 ejemplares y se venden 421.000. Es decir, que un tercio de todo lo editado fenece en las estanterías de tiendas y almacenes, criando polvo.
En el llamado Observatorio del Libro encontré otro dato demoledor: en España se publican al día 250 nuevos títulos (incluyendo libros técnicos y de todo tipo, no solo literatura), se producen 621.000 ejemplares y se venden 421.000. Es decir, que un tercio de todo lo editado fenece en las estanterías de tiendas y almacenes, criando polvo.
El sector del libro en España (2013-15) según el Observatorio de la Lectura y el Libro (fuente: http://blog.biblioteca.unizar.es/) |
Así
que en mi coctelera mental se mezcló el escaso porcentaje de lectores asiduos
que hay en España con el exceso de oferta y la conclusión no es muy
alegre, que digamos. En mi caso, que además de leer y esto no me lo quitan ni a
tiros, escribo a ratos, la cuestión es que aparte de una motivación personal
similar a la que pueda tener un corredor amateur de maratón, que apenas bajará de
las cuatro horas y es probable que acabe con artrosis, no hay otro motivo para
seguir escribiendo. El grueso de la venta de literatura en España corresponde a
la novela histórica, novela negra, infantil y juvenil, a la que se agregan los
best-sellers al uso, que muchas veces son “obra” de personajes famosos,
presentadores de televisión, etc. En fin, puro márketing.
Tengo que reconocer que en esa división no tengo hueco, lo que escribo es tan personal que no tiene mercado. Además, ¿qué puedo decir yo sobre la naturaleza humana que no haya dicho ya Tolstoi? ¿Puedo ser original habiendo existido sobre la tierra un tal Roberto Bolaño, escritor que dicho sea de paso, apenas vendió en vida? ¿Soy capaz de expresarme con el lirismo, sencillez y dulzura de Yasunari Kawabata o dominar el castellano como Cervantes, autores ambos que tengo ahora entre manos? La respuesta es un no rotundo. Y ojo, que no me comparo con ellos, faltaría más. Es solo que tengo la impresión de que en literatura todo está dicho y con tal grado de perfección que uno solo puede aspirar a repetir lo ya hecho, con menos fortuna, pericia, profundidad y belleza. Además, es tedioso contemplar de lejos como escritores actuales, incluso en los ámbitos del amateurismo, se despedazan y desprecian entre ellos o descienden al tribalismo apoyando de forma irracional a los “suyos”, mal contemporáneo que hoy (escribo a 31 de agosto) puede observarse en directo en el Congreso de los Diputados.
Tengo que reconocer que en esa división no tengo hueco, lo que escribo es tan personal que no tiene mercado. Además, ¿qué puedo decir yo sobre la naturaleza humana que no haya dicho ya Tolstoi? ¿Puedo ser original habiendo existido sobre la tierra un tal Roberto Bolaño, escritor que dicho sea de paso, apenas vendió en vida? ¿Soy capaz de expresarme con el lirismo, sencillez y dulzura de Yasunari Kawabata o dominar el castellano como Cervantes, autores ambos que tengo ahora entre manos? La respuesta es un no rotundo. Y ojo, que no me comparo con ellos, faltaría más. Es solo que tengo la impresión de que en literatura todo está dicho y con tal grado de perfección que uno solo puede aspirar a repetir lo ya hecho, con menos fortuna, pericia, profundidad y belleza. Además, es tedioso contemplar de lejos como escritores actuales, incluso en los ámbitos del amateurismo, se despedazan y desprecian entre ellos o descienden al tribalismo apoyando de forma irracional a los “suyos”, mal contemporáneo que hoy (escribo a 31 de agosto) puede observarse en directo en el Congreso de los Diputados.
Estoy ahogándome con esa idea en la garganta: cada vez se lee
menos, se venden menos libros, pero por una locura –transitoria- del mercado,
se editan más sujeta mesas y decora estanterías, o archivos que como moscas
aplastadas acaban en la papelera de reciclaje de Windows. Crece una burbuja
que cuando estalle acabará con la lectura y la escritura tal y como la hemos
conocido. La lectura profunda, la de encerrarse en un libro y notar como con el
paso de los minutos, entre el silencio, brota un pensamiento propio que tiene
su raíz en lo que acabas de leer, será desterrada por la impaciencia de estos
tiempos, convertida en un acto excéntrico y minoritario. La demanda de lecturas
breves, sencillas y rápidas aplastará como un torno a la literatura
tradicional: la demanda se impone, es la lógica del mercado. Aunque nos queden
los clásicos, como Tolstoi y el ejemplar que me llegó por herencia de Guerra y paz, justo este verano y que no
creo que pueda leer jamás.
Solo puedo aspirar a la escritura como vía de escape, de
realización personal y placer amateur, que no es poco y ejercer la lectura
apasionada, del que disfruta y mastica despacio. Resistiré, como escuché
entonar a Barón Rojo este verano, anacronismo que me hizo pensar otra vez en mi
faceta de lector-vampiro y escritor aficionado sin demanda ni perspectivas.
Hola Gerardo, espero que haya ido bien el verano. Me han gustado mucho tus reflexiones, y me han recordado a un artículo que leí este verano de Milena Busquets que venía a decir más o menos que si no hay más lectores también es responsabilidad de los escritores: http://cultura.elpais.com/cultura/2016/08/16/actualidad/1471363957_571576.html
ResponderEliminarFeliz vuelta.
un saludo
Le echaré un vistazo a ese texto de Milena Busquets, no estoy del todo de acuerdo (quizá en lo que respecta al escritor actual si, pero es que hay tanto escrito y tan interesante, piensa en Alejandro Dumas, Dickens, Jack London y un largo etc.), pero es interesante conocer otros puntos de vista. El verano en general bien, con un poco de todo.
EliminarEncantado de tenerte otra vez por aquí.
¡Gua! Gerardo,comentaría y te daría mi opinión sobre las estadisticas que das, no lo voy hacer, lo que si me atrevo, es a decirte: sigue escribiendo, a mi me parece que lo haces muy bien( aunque mi preparación literaria y cultural deja muchisimo que desear)pero me gusta leer, y a veces también escribo pequeñas cosas. No nos prives, ni te prives de esos placeres, total, si nos salimos de las estadisticas, que mas nos da seguir con nuestra adicción. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta escribir, para mi es un desahogo, pero de ahí a tener pretensiones de otro tipo va un mundo. Te agradezco tus palabras de ánimo; para disfrutar de la literatura es más importante la predisposición que la preparación, aspecto este que llega con una lectura profunda y que es imposible de dominar completamente, creo.
EliminarUn abrazo.
Triste estadística que arrastramos hace muchos años. Un conocido me habló de dos cruceros que hizo, uno con franceses y otro con españoles. En el de los franceses tenía que madrugar para encontrar sitio en la biblioteca; el de españoles tuvo la biblioteca vacía toda la travesía.
ResponderEliminarSalvo cuatro privilegiados que viven de lo que escriben, para el resto, como dices, escribir es algo personal, de lo que disfrutan y que les ayuda a vivir mejor porque les proporciona un placer añadido. Lo mismo que leer.
Bienvenido de nuevo al mundo de los blogs.
Un beso.
Me lo creo. De hecho leyendo sobre el tema, la media de libros al año en España entre los lectores era de siete u ocho, mientras que en algunos países nórdicos pasaba de cuarenta (Finlandia 48, en concreto. Por cierto, el mejor sistema educativo del mundo, según PISA). En nuestro descargo hay que considerar que el clima allí lleva a estar más tiempo encerrado en casa y hacer menos vida en la calle, pero es que la diferencia me sigue pareciendo exagerada.
EliminarGracias por tu calurosa acogida, este verano apenas he podido escribir, pero si he mantenido un buen ritmo lector. Ya te contaré.
Hola Gerardo,aunque te hubiera leído igualmente la entrada de tu blog, déjame contarte como anécdota que lo primero que me llamó la atención fue la imagen de la novela " Fahrenheit 451" que resulta tengo en mi mesilla de noche para comenzar a leer justo cuando termine a Cabrera con sus Tres tristes tigres".
ResponderEliminarTambién es casualidad, jajaja!!
Dicho esto, no podría estar más de acuerdo contigo en la realidad que expones respecto a la disminución de lectores.
Mis hijos no leen nada que no sea en formato digital y lecturas cortas.Esto que te cuento me da una pena... Siento que están perdiendo no sólo conocimientos o cultura general, sino lo más importante, emociones y experiencias únicas que solo pueden entender aquellos que aman la lectura.
Reconozco que cuando me encuentro a alguna persona con un libro en la mano, esto genera en mí ya un tipo de empatía aparte de una especie de curiosidad en saber que tipo de lectura lee.
Creo que te exiges demasiado en lo que escribes Gerardo, por supuesto que ya hubo un Cervantes,un Tolstoi,o un Neruda, y eso es maravilloso, pero el acto de escribir es una pasión intrínseca en aquél que lo hace y que no debe verse afectado por ningún tipo de comparativas.
Se debe escribir desde la humildad y con el talento del que se dispone, dejando los miedos a un lado para contar lo que uno quiere contar, sin esperar ningún tipo de reconocimiento o aprobación.
A mí me gusta mucho tu prosa intimista,me llega como lectora, o tus reseñas tan bien estructuradas y atrayentes para aquellos que no sabemos muy bien que leer, y que confieso durante muchos años perdimos el tiempo con lecturas de Best Sellers.
Un abrazo Gerardo.
P.D. Miraré a Kasunari Kawabata, jajaja!!
Estoy de acuerdo respecto a las motivaciones del escritor aficionado, pero parece que con el tiempo esta actividad (la escritura) será cada vez más un hobby, por la imposibilidad de dedicarse plenamente a ella debido a la falta de mercado y además creo que ya está todo dicho y de la mejor manera, así que poco se puede aporta en este sentido. No se si esto implica la muerte de la literatura o que la literatura moderna, igual que la ópera o la música rock, ha sido un fenómeno de una época, de los últimos cuatrocientos años y ha llegado su punto y final o al menos a un periodo de decadencia y será sustituida por otra forma de expresión artística.
EliminarEn fin, gracias por tu extenso comentario. Espero que disfrutes de Ray Bradbury y la te contaré sobre Kawabata, creo que también te gustará.
Un abrazo.
Yo creo que hay mucha gente que identifica lectura con esfuerzo. Ven una página en la que sólo hay líneas de letras y les asusta; mientras que internet y las vídeo consolas les ofrecen entretenimiento fácil, pequeñas píldoras de imágenes e información. Pero esta dicotomía es falsa. Los libros son una ventana abierta a otros mundos que te enriquecen tanto como el mejor viaje sin necesidad de moverte de casa. De todas formas, yo creo lo importante no es la cantidad de lectores sino que la gente que lee, poca o mucha, no se quede para ella sola lo que le aporta la lectura, que lo comparta, y lleve su luz a los demás.
ResponderEliminarEn cuanto a escribir, si somos sinceros en nuestros escritos ya habremos hecho la mitad de camino aunque nunca lleguemos a la cumbre ni, como en mi caso, alcancemos la altura de los grandes ni de lejos. Tú sigue escribiendo que tus lectores te lo agradeceremos. Un abrazo muy fuerte
Añadiría la televisión, que probablemente es una de las pocas actividades que no requiere esfuerzo de ningún tipo. Igual que el ejercicio físico, que tiene toda una serie de ventajas para la salud, lo intelectual también nos ayuda en muchos sentidos. De hecho parece ser que ambos están bastante relacionados...
EliminarCoincido respecto a la calidad del lector y el hecho de compartir y conocer lecturas, que en parte es por lo que sigo con el blog.
Nos gusta escribir, nos genera un placer y por eso lo hacemos, aunque el escritor que tenga perspectivas de profesionalizarse creo que hoy día lo tiene casi imposible, a no ser que esté dispuesto a ciertas renuncias.
Un abrazo.
La clave para un escritor que quiere publicar no es que lo que diga se haya dicho ya o mejor o con más gracia, sino que él (o ella) necesita escribir como el vivir. A partir de ahí puede acabar todo en un cajón como le pasó a Pessoa (y ahora mira si tiene admiradoras/es entre las que me encuentro). Así que tú a lo tuyo...
ResponderEliminarNo leer si es grave, es la mejor manera de homogeneizar, amansar y crear mutantes... y sí, ya hay muchos en el Parlamento como en cualquier otro ámbito de la vida. Así nos va... y así me va invadiendo el escepticismo propio de ser minoría siempre y en casi todo.
Salud-os!!
Pessoa es un buen ejemplo, aunque sus obras tiene seguidores porque son poéticas y profundas, en definitiva, tienen público y por eso las editoriales lo editan y traducen. Me pregunto que pasará con los Pessoas de hoy día en el futuro.
EliminarTe habla alguien que en su ambiente es prácticamente "minoría absoluta"; leer no debería ser una actividad tan subterránea, ¿O siempre ha sido así? Yo no considero que esté haciendo algo excepcional por tener siempre un libro entre manos, debería ser algo común entre personas con cierta educación. En fin, gracias por pasarte de nuevo por aquí. He visto que este verano no has dejado de aportar jugosas recomendaciones, me iré poco a poco poniendo al día. Saludos.
Feliz vuelta de verano, amigo. No me quedó claro si ya has leído Guerra y Paz, supongo que sí lo has hecho y si no, pues no te la pierdas. Tanto Guerra y Paz como La Ilíada fueron dos libros que no puede dejar hasta que los terminé, por muy extensos que fueran.
ResponderEliminarEs cierto que los grandes escritores y profesionales ya existieron, pero el hecho de haber sido exclusivos en un tiempo de escasa difusión les convierte en mitos. En ocasiones leo frases o cuentos de escritores consagrados que, francamente... me parece que les devuelven a su posición de simples mortales. Sin embargo, en ocasiones leo textos de aficionados con una gran carga emocional, gran profundidad e imaginación. Perdona este disentimiento.
Chapó por esta entrada, seguiré mirando el blog a ver si has publicado algún texto nuevo de tu creación. Un abrazo.
Todavía no y veo difícil encontrar el tiempo y la concentración suficiente para abordar su lectura. Respecto a lo que dices sobre ciertos escritores consagrados estoy contigo, no todo lo que producen merece la pena.
EliminarEspero que tu verano haya sido igualmente provechoso, un abrazo.
Comparto tu diagnóstico - y aprovecho para hacer autocrítica.
ResponderEliminarCreo que una de las razones por la decrece la lectura de literatura es que la novedad permanente que nos ofrecen las redes sociales y la navegación por internet son adictivas (parece que incluso desde el punto de vista neuronal, por el chute de adrenalina). Por propia experiencia, puedo decir que son un obstáculo muy serio al placer de la lectura prolongada, que necesita un mínimo de capacidad concentración.
Hace unos meses se publicó un artículo fantástico en el New York Times sobre el tema (no lo he encontrado en castellano).
http://www.nytimes.com/2015/11/29/opinion/sunday/addicted-to-distraction.html?smid=fb-share&_r=1
Sobre este tema, leí y me encantño La Sociedad del Consancio, de Byung-Chul Han.
La verdad es que no sé cuál puede ser la solución. Pero se dice que ser consciente de un problema es la mitad de la solución.... Así que empezaremos el otoño con optimismo....
Buenas, José. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Internet y las redes sociales son uno de los peores enemigos de la lectura profunda. Por mi parte, cuando leo trato de aislarme, no tengo cerca ni el móvil, ni la televisión, ni nada. Aunque reconozco que cada vez me cuesta más.
EliminarLeeré el artículo que comentas, que sea en Inglés me viene bien ahora que he retomado mis estudios. Citas a Byung-Chul Han, aunque no he leído ningún libro suyo si lo conozco a través de entrevistas en periódicos, su punto de vista es muy interesante.
Como bien dices, vamos aprendiendo y poniendo solución a este problema del que lo principal es ser consciente. El artículo de Nicholas CARR, "Cómo Internet cambia nuestro cerebro", es otra fuente para ahondar en este debate.
Un saludo, empezamos con fuerza el otoño, claro que sí.