Leer
La vida negociable de Luis Landero ha
sido como quedar con ese viejo amigo del que nos sabemos todas sus historias,
pero con el que, en cualquier caso, estamos a gusto. La sensación de
familiaridad acude enseguida tras las primeras páginas. No es que ya lo haya
contado —o quizá sí—, es también el recuerdo de la narración oral. Yo lo comparo con un
embrujo: caes en una especie de sopor y la mente reconstruye, como si el narrador en lugar de
hablar pintara y las palabras se fueran llenando de corporeidad. Así
transcurren las páginas con Landero, raudas, se deshacen entre los dedos. Te
dices, esto ya lo he leído, aquí me recuerda a El guitarrista o a Juegos de
la edad tardía, pero sigues. Imagino que Landero tiene sus temas, sus
obsesiones y por mucho disfraz de argumento, trama, giros fatales y demás que le quiera poner, afloran.
La
historia está narrada en primera persona, en un tono de confesión o testimonial.
Buena lombriz para cebar el anzuelo. Ese gusto por la historia personal, por
narrar el drama ante un público, es antiguo de narices. Creo que Ulises ya lo
practicó en la Odisea, para amenizar la cena al rey de los feacios, antes de
regresar a su querida Ítaca. En nuestra era posmoderna, la telebasura cogió el
relevo, con personas de la calle (¿o actores?) que se sientan en el diván del
plato y enumeran sus desgracias. Luego el show añade o intensifica el morbo,
pedida de matrimonio o perdón de los hijos, según toque.
Pues
en la novela el que habla es Hugo Bayo, peluquero de profesión. La historia
comienza en uno de esos momentos decisivos que cambian la vida de uno. Ese tema
es recurrente en La vida negociable.
Las encrucijadas, tantas vidas son posibles o eso parece. Porque Landero las enfrenta,
en una particular antítesis, al destino: un cruel tirón de correa que devuelve,
una y otra vez, a Hugo Bayo a su lugar y ocupación, que es la de barbero. ¿En
qué quedamos? ¿Todo cambia en segundos, hay instantes que decantan nuestra vida
hacia un lado u otro? ¿O estamos predestinados, por nuestros genes, por nuestro
temperamento, por nuestras inclinaciones o por fuerzas desconocidas a ser lo
que somos?
La
historia de Hugo Bayo pasa por varias fases, donde flota cierto aire de parodia
de otros géneros, por ejemplo el de la novela de detectives al final. Hay varios episodios brillantes. Entre ellos, me quedo con las peripecias del
personaje durante el servicio militar, que incluyen escenas de un erotismo
insólito. Tampoco quiero destripar mucho, solo decir
que la historia tiene sus bajones, sus momentos tedio, sobre todo cuando
Hugo entra en una deriva obsesiva y se pone a enumerar proyectos ridículos, poco
creíbles, que ocupan páginas. Landero ridiculiza un tanto al protagonista, que
desde luego no es un héroe y aunque podría pasar por novela de iniciación,
porque asistimos al periplo vital de un personaje, desde su adolescencia hasta
bien entrada la edad adulta, no parece que madure en ningún momento.
Los
que escriben reseñas de forma profesional y saben de lo que hablan mencionan en esta novela una especie de cruce entre Cervantes y Quevedo, si esto es posible. Hay un toque cervantino, es
verdad, especialmente en la relación tipo Quijote-Sancho que establece Hugo
con su maestro barbero o por qué no, con la propia Leo. También es clara la alusión
a la novela picaresca y el tono de caricatura de la mayoría de personajes. Me gusta
que Landero escoja la tradición de nuestro Siglo de Oro como sustrato, aunque por
mi ignorancia tan solo sea capaz de reconocer los mimbres. Y creo que por ahí engancha al lector,
con su lenguaje pulcro y su argumento que
no es sino destilación de muchos siglos de literatura en castellano. Espero no
haberme pasado con esto.
Para
acabar, os recomiendo esta entrevista que hizo una compañero bloguera (Marisa,
de books and companies) a Landero,
donde, no sé si por verse lejos de foros oficiales o porque es así de
accesible, se explaya a gusto.
No la he leído aún. Aunque me gustan sus novelas, la verdad es que en casi todas se respira una atmósfera semejante, muy confesional. Me pregunto si también en ésta sucede tal cosa.
ResponderEliminarGracias por tu reseña. Ahora mismo voy a ver esa entrevista que nos recomiendas.
Un abrazo
Pues sí, desde el principio tenía la sensación de haberlo leído antes, puede que sea por el tono, como dices, que es muy similar en todas sus novelas. Al menos en las que yo conozco. En la entrevista suelta algunas perlas, ya lo verás.
EliminarUn abrazo.
No me he estrenado aún con este autor. Y veo que tengo que ponerle remedio.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo prefiero "Juegos de la edad tardía" o "El guitarrista", pero supongo que será cuestión de gustos.
EliminarSaludos.
Hace tiempo me leí un libro de Landero, pero no he vuelto a él más. Esta novela podría ser una buena ocasión para regresar, aunque me desanima un poco eso momentos de tedio que nombras.
ResponderEliminarUn beso, Gerardo.
A lo mejor es cosa mía, pero siendo sincero: si, en algún momento llegó a aburrirme. En su conjunto, eso sí, creo que compensa.
EliminarYa me contarás.
Un abrazo.
Me quedé dormido en la página 12.
ResponderEliminarA mí me pasa cuando leo después de comer, jaja. Tenías que haber insistido un poco, o no. Mucho y bueno hay por leer y si un título no te llega...
EliminarEstaba esperando a ver si hacías reseña de esta lectura porque la tengo apuntada. Sólo he leído de Landero 'El balcón en invierno' y me gustó mucho, así que a ver cuándo le hago un hueco a ésta. A pesar de esos momentos un tanto tediosos que mencionas creo que me va a gustar reencontrarme con el autor y escuchar lo que me cuente Hugo.
ResponderEliminarUn abrazo
Entonces estoy seguro que muchas cosas te van a resultar familiares. El tono en primera persona, testimonial, crea una sensación de intimidad con el lector. Hugo Bayo es una especie de pícaro, sus peripecias son divertidas; aunque en algunas partes yo haya desconectado, eso no es extensible a todo lector. A ver qué te parece.
EliminarUn abrazo.
No sé si cuando Landero estuvo en la Fiesta de las Letras solo me sonaba de oídas su nombre como un afamado autor o alguna vez leí un libro suyo.
EliminarIndudablemente en su discurso homenaje a Félix Grande me ganó ese día y reconozco que me propuse leerle algún libro, pero quedó todo en la intención...
Leo tu reseña sobre este libro " la vida innegociable" y me identifico inmediatamente con algunos detalles que cuentas sobre el trasfondo de la novela.
Tanto, que la dejo pendiente de lectura aparte de algún que otro título que mencionas en tus respuestas.
Un abrazo Gerardo, me encantan tus reseñas.
Yo creo que nos ganó a todos. Además, entre él y Félix Grande hubo un vínculo no solo generacional, sino también personal. Mi favorito entre todos, que la crítica tampoco considera el mejor, es "El guitarrista", supongo que por ser el primero que leí de este autor. Tiene también un pequeño ensayo (poco conocido), sobre el arte de escribir, titulado "Entre líneas: el cuento o la vida", muy intersante.
EliminarUn abrazo.
Me atrae del libro lo que dices de las encrucijadas. No he leído nada del autor, pero entre lo que has dicho tú y también algún seguidor que te comenta que solo leyó poco más que una decena de páginas, no sé, no sé. Tomo nota pero no creo que lo llegue a leer, si bien tu reseña me ha gustado, Gerardo.
ResponderEliminarBesos
Sí, a mi también me da mucho que pensar. ¿Cuántas veces en la vida una decisión, a veces un detalle insignificante, nos conduce por un camino u otro? Pero Hugo Bayo, al mismo tiempo, se ve arrastrado por su destino. Esta paradoja es una de las cosas que más me han gustado del libro.
EliminarUn abrazo.
Gerardo qué gusto aparecer en tu blog y muuuuuuuuuuuchas gracias por enlazar a mi entrevista. Te diré que Landero estaba muy confortable, al menos así me lo manifestó y se le notaba. Creo que los autores disfrutan mucho más con los lectores que con los profesionales de los medios, especialmente si esos lectores se han leído el libro pueden preguntar de manera concreta. La vida negociable es una estupenda novela, con un personaje que difícilmente se podrá olvidar y escrita por un novelista que además es una estupenda persona. Un besote.
ResponderEliminarLeí la entrevista mucho antes que el libro, me gustó. Si que parece una persona cercana, es verdad. Como dices, el escritor donde de verdad está a gusto es entre sus lectores.
EliminarUn abrazo.
He leído seis libros de Landero y "Juegos de la edad tardía" dos veces. Quiero decir con esto que el autor me gusta lo suficiente y, sin embargo, siempre tengo con él una especie de pereza vital que me hace posponer su lectura. Sus libros permanecen en mi estante de pendientes mucho tiempo. Sé que lo leeré y lo disfrutaré, pero esos bajones, que dices, esos momentos de tedio, me producen pereza. Eso, y el ambiente, un tanto agobiante, cerrado en sí mismo; los personajes tan solos, tan desubicados. Sí, creo que Landero siempre escribe la misma novela, y eso me gusta (qué mejor que contar lo mismo de tantas formas distintas), pero es que su novela tiende a deprimirme un tanto.
ResponderEliminarTal vez has terminado con el exilio del libro entre los pendientes.
Un beso.
Borro los comentarios anteriores, Rosa. ¿Para cuándo blogger nos dará la opción de editar, al menos unos minutos después de publicar el mensaje? La dichosa cajita se las trae...
EliminarLo has definido muy bien: Landero siempre escribe el mismo libro. Esto no tiene por qué ser malo. De hecho, tiene una buena cantidad de lectores y bastante fieles.
Es verdad que, a pesar de sus toques de hummor, hay un barniz existencialista, especialmente al final (sorprendente, por cierto). Ya me contarás qué te parece.
Un abrazo.
No he leído nada de este autor. Lo que cuentas de esta obra me atrae y me repele a partes iguales. Lo que me echa para atrás son esos momentos de tedio, pero la parodia y la caricatura de los personajes sí que me anima a leerlo.
ResponderEliminarDe momento lo apunto, ya veremos qué acabo haciendo finalmente.
Un abrazo.
La parte paródica es uno de sus puntos fuertes, hay personajes muy logrados, empezando por el padre de protagonista, un administrador de fincas con obesidad mórbida, ultracatólico y corrupto. Ya me contarás.
EliminarUn abrazo.
Qué bien has descrito a este autor, un viejo amigo del que sabemos todas las historias pero estamos tan a gusto... Una sensación así tengo con David Trueba. A ambos estoy tentada de leerlos más pronto que tarde de nuevo, aunque en el caso de Landero el que tengo entre ojo y ojo es el de "El balcón en invierno". Son autores confortables ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Conozco a David Trueba como cineasta pero no en su faceta de escritor y ya he leído alguna que otra reseña elogiosa respecto a su obra. Y si además consigue crear esa intimidad con el lector...
EliminarUn abrazo
Interesante, recuerdo que la portada ya en su momento me llamó mucho la atención y lo que contaban otros blogueros sobre el libro y ya lo apunté, pero no me he decidido a empezar con él porque otros van pasando por delante en esa lista de pendientes que no deja de aumentar. Apuntado está, a ver cuándo le toca.
ResponderEliminarMe ha gustado la entrevista que enlazas, especialmente con ese la novela es del escritor mientras la escribe después pasa a los lectores y es tan cierto, uno escribe pero no sabe qué haremos con ella los lectores y cómo entenderemos o no a los personajes.
Un abrazo
Es verdad, la portada está bien pensada. Aunque luego el libro tiene un punto satírico que no te esperas.
EliminarSabe de lo que habla Landero, me regalaron un librito donde reflexiona sobre la creación literaria que se titula "Entre líneas: el cuento o la vida", también muy recomendable.
Un abrazo.
Hola, Gerardo!
ResponderEliminarDe Landero aún no he leído nada, a pesar de que hay varias de sus obras que siguen esperando impacientes en esa lista de pendientes que cada vez se me vuelve más kilométrica.
Has hecho una reseña estupenda, aunque creo que me iniciaré con alguna un poco más conocida como "Juegos de la edad tardía".
Me hago seguidora de este espacio. Yo también tengo un blog de literatura y otros temas, por si te interesa pasarte.
Un saludo,
Sofía
Puede que "Juegos de la edad tardía" sea mejor opción para iniciarse en la narrativa de Landero.
EliminarEn cuanto pueda te devuelvo la visita.
Saludos.
Siempre me ha gustado Landero aunque no he leído muchas novelas suyas, no me urge leerlo aunque cuando me acuerdo siempre recuerdo el buen sabor de boca que me dejan sus historias y lo bien que escribe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me pasa con algunos autores: los he leído, me gustan, pero no encuentro el momento. En cualquier caso, ahí están.
EliminarUn abrazo.
Estupenda reseña Gerardo. No he leído nunca a Landero, como decías, es de esos que están ahí pero no te decides nunca, siempre encuentras a otro antes. Hay cosas en tu crítica que me animaban y otras no tanto. Así que igual espero un poco...
ResponderEliminarEn todo caso es un placer leer tus textos. Un abrazo.
"La vida negociable" es una lectura provechosa, pero creo que un tanto inferior a otras del mismo autor. Es solo una opinión, claro está.
EliminarGracias por pasarte, Ziortza.
Un abrazo.