martes, 13 de junio de 2017

ESCRIBIR A MANO

Manuscrito de Gay Talese (fuente: https://richardgilbert.wordpress.com/tag/paul-auster/)
No hace mucho leí que Finlandia, cuyo sistema educativo encabezó en cuatro ocasiones el informe PISA, había decidido desterrar la escritura a mano de su currículum. Es decir, que en los colegios no sería obligatorio aprender a escribir con lápiz y bolígrafo y si mediante teclados y otros dispositivos electrónicos. Pero uno no puede fiarse, porque vivimos en la era del bulo (aviones fumiga-personas, vacunas letales y un largo etcétera) y la información es más sesgada y tendenciosa que nunca. Por suerte, la red de redes aunque ayuda a propagar falsedades, también ofrece el antídoto. Con un par de búsquedas en Google y visitando sitios acreditados todo se puede contrastar. Así me enteré de que el país nórdico no va a eliminar la escritura a mano. Lo que ocurre es que durante años han enseñado dos sistemas de escritura manual: una en cursiva y otra en letras de imprenta. El primero es el que dejarán de utilizar y será de carácter optativo y junto a la escritura de toda la vida introducirán el aprendizaje del teclado.

Bulos aparte, lo cierto es que cada vez se escribe menos a mano. En mi caso, aparte de la lista de la compra, apenas trazo un par de ideas en un pos-it o en sucio y después me pongo a trabajar en Word. Tengo asociado la labor de amanuense con mi época universitaria, donde muchos profesores (la mayoría) simplemente se dedicaban a dictar apuntes y quizá por ahí sobrevino algún tipo de trauma. El teclado me permite escribir más rápido, más seguro y me concentro igual, siempre que tenga Internet a buen recaudo. ¿Algún día los niños dejarán de escribir a mano y lo harán a través de máquinas? ¿Puede incluso la escritura y por extensión la lectura quedar relegada, en el ámbito educativo, a favor de otras tecnologías?

No está de más recordar que en España, hasta el último tercio del siglo XX no se consiguió alfabetizar a la mayoría de la población (alguno, pensando en el analfabetismo funcional, dirá que soy demasiado optimista). De hecho, según la UNESCO, en 2014 casi 800 millones de adultos en todo el mundo todavía no sabían leer ni escribir. Pienso en mi abuela materna, que aprendió siendo adulta, con grandes dificultades y de hecho nunca llegó a dominar del todo la caligrafía. Eso sí, luego se hizo una lectora de las buenas. Durante un tiempo, mientras su vista le fue alcanzando, compartía con ella alguno de mis libros. Por desgracia, a día de hoy apenas si puede sostenerse. Es curioso, porque no recordaba esta anécdota, ha sido escribiendo cuando ha brotado como por arte de magia. Imaginaos, un universitario compartiendo libros con su abuela. Una abuela manchega, claro está, no hablo de la matriarca de los Panero: bata negra, mandil, pelo blanco, grandes gafas de aumento, una vitalidad extraordinaria, metro cincuenta de estatura y un genio de mil demonios. Pues a esta abuela yo le prestaba libros de Manuel Rivas, porque era de su cuerda y le recordaba "como eran las cosas entonces".

Imagen relacionada
Por desgracia no hice ninguna foto a mi abuela leyendo, pero de tenerla sería algo así (fuente: http://conmikindleatodaspartes.blogspot.com.es)
Siguiendo con la escritura a mano y por encauzar el post hacia lo literario, su desaparición implica también la del manuscrito como tal. Tengo textos que he revisado (Word te lo chiva en sus estadísticas) en más de 300 ocasiones. Esto quiere decir que he abierto el documento y he agregado o lo he modificado todas esas veces, no me toméis por un maniático. Sin embargo, en el original no hay ni rastro de esta tarea. Todo está impoluto, como si acabara de salir de mi cabeza. No, mejor: recién salido de la imprenta. ¿Cómo sería este mismo texto escrito a mano? Lo imagino abigarrado, lleno de tachones, correcciones, anotaciones al margen y manchas de té verde. Tendría valor por sí mismo. Por eso traigo ejemplos de escritores célebres que escribían a mano fundamentalmente y hacían de sus manuscritos verdaderos bocetos de su obra, parte de sí mismos. Parte de su proceso creativo, que sus lectores han podido conocer a su muerte y alimentar con ello la mitomanía. La hoja de Word, reconozcámoslo, aplasta la magia con su asepsia.

En una exposición sobre manuscritos de escritores, a partir de los cuáles se había organizado una exposición en Argentina, el director, con buen criterio, decía lo siguiente: "Lo que nos permite un manuscrito es encontrar al autor en el momento mismo de creación de su obra" (fuente: diario El Comerio). En esa exposición se pueden ver algunos cuadernos de Cortázar, en los que incluye el dibujo de una rayuela, a partir del cual estructuró su famosa novela. 

Resultado de imagen de manuscrito de rayuela cortazar
Cuaderno de bitácora de Rayuela, Julio Cortázar (en Pinterest)

Es frecuente encontrar dibujos o garabatos en estos manuscritos, por ejemplo Dostoievski perfila sus personajes y Proust incluye unos bocetos oníricos, quizá realizados durante momentos de parón en la escritura, antes de urdir una frase o pensando en la siguiente secuencia
. Y es que una de las ventajas de escribir a mano, según los expertos, es que se piensa más, se favorece la reflexión y me viene a la mente el libro Elogio de la lentitud, de Carl Honore, concebido precisamente contra las prisas de este mundo nuestro.

Manuscrito de Por el camino de Swann, de Proust (fuente: cultura.elpais.com)
Este es de Dostoievski, Los endemoniados (fuente: Wikipedia)

La caligrafía también nos dice mucho del autor. La mayoría son poco legibles y esto conduce a la idea de proceso creador como posesión, como trance. No se trata de escribir una instancia, se trata de atrapar esa idea que tienes en la cabeza que incluso puede que brote en un momento concreto y si no se hace rápido, con precisión, se corre el riesgo de que la idea se volatilice, se mezcle con el río del pensamiento y muera sin haber visto la luz. Así lo imagino yo, que soy un romántico.

ALL CAPS FOR EMPHASIS. We bet texting with George Orwell would be very overwhelming.

Extra points for sticker usage.

Lewis' doodles make your doodles look like child's play.
De arriaba a abajo: George Orwell, David Foster Wallace y Lewis Carroll. Os recomiendo consultar la fuente original donde hay muchos otros, pinchando aquí (fotos: Buzzfeed)

Quizá el contexto que en otras épocas favoreció lo manuscrito está cambiando y afrontamos nuevos formatos. Una vuelta a la oralidad, pero desde el audiovisual. O esos mundos virtuales con los que ya se está experimentando y que pueden incluso sustituir a la experiencia. La escritura puede acabar convertida en un simple pasatiempo, una forma de terapia, incluso en una excentricidad o postureo hipster. Cualquiera sabe. 

24 comentarios:

  1. Muy interesante reflexión Gerardo,

    A mi me sigue gustando escribir a mano aunque cada vez lo hago menos y me parece que es importante no perderlo porque sí ayuda en el proceso de pensamiento, al menos a mi aún lo hace pero porque soy de otra época. No imagino un mundo en el que se pierda ese redactar una nota, una dedicatoria en un libro o esos preciosos bosquejos de una novela, pero lo cierto es que por muy bonito que me parezca cada vez se escribe menos a mano y seguramente muchos de los niños actuales escriben poquísimo a mano y es casi un anacronismo. Y quién sabe igual acaba siendo como dices una excentricidad, de hecho ahora se ha puesto de moda el colorear para los adultos como manera de relajarse, otros aprenden caligrafía japonesa e igual dentro de nada tendremos ejercicios de caligrafía para relajarnos. Recuerdo mi época de apuntes desenfrenados en la facultad con una estilográfica porque permitía ir más rápido y porque me encantaba el sonido que hacía en el papel y me sigue gustando. Nostálgica me veo. Da qué pensar pero como tantas cosas que se van perdiendo o vamos ganando, depende de la postura de cada uno.

    Un abrazo

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    1. Pues si, puede que la escritura a mano quede relegada por las nuevas tecnologías o igual, como dices, se convierta en una alternativa de ocio. Hay quién incluso se muestra muy beligerante y lo considera un atraso con el que además torturamos a los más pequeños (Anne Trubek, "Handwriting just doesn´t matter" en NYT, si puedes le echas un vistazo). La cuestión es que yo tampoco soy capaz de hablar del tema sin dejarme llevar por el sentimentalismo y esos manuscritos embarullados, con dibujos, la materialidad del pensamiento en suma, son tan evocadores...
      Gracias por tu visita.
      Un abrazo.

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  2. Hola Gerardo. Muy interesante tu entrada. Me ha gustado ver los manuscritos de grandes escritores y sus borradores, muy ilustrativo. Yo siempre he tenido muy mala letra, no sé si fue (volviendo a la universidad) por la velocidad inhumana a la que había que coger apuntes (nunca entendí ese sistema en el que no sabías ni lo que escribías, pero bueno ese es otro tema), o porque soy zurda, que también influye. Pero me quité un peso de encima cuando aprendí mecanografía.
    Aún así creo que se debería enseñar a los niños a escribir primero a mano, que las máquinas pueden fallar en un momento dado, y para que quede todavía un poco de ese romanticismo de escribir un manuscrito en forma de carta o una simple nota.
    Me ha gustado mucho tu publicación.
    Un abrazo.

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    1. Precisamente, nuestra dependencia cada vez mayor de una tecnología compleja que precisa electricidad, entre otras cosas, es lo que casi me asusta. Por eso la escritura a mano me parece imprescindible para los niños. Incluso a los adultos nos puede servir para bajar la velocidad y salir de esa vorágine de estímulos constantes en la que se ha convertido nuestro mundo. Un tema que da mucho de sí, yo apenas he dado dos pinceladas.
      Un abrazo.

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  3. Genial entrada, Gerardo, además muy bien ilustrada.
    Me has hecho recordar una publicación mía, La tecnología y las buenas costumbres, donde hacía una reflexión sobre la pérdida de la buena costumbre de escribir a mano.
    Yo también arrastro cierto trauma pero por culpa de la letra de algunos médicos que en las recetas y en mi época laboral en oficinas de farmacia, me hicieron pasar muy malos ratos.
    Creo que escribir a mano imprime un carácter más personal a lo que se escribe, buena prueba de ello son las ilustraciones que nos traes (algunas son verdaderas obras de arte). Además del mensaje de lo escrito, en la letra se refleja el estado anímico de quien lo escribe.
    Es cierto que un procesador de texto es mucho más cómodo, sobre todo a la hora de corregir o enmendar (no me imagino escribir mi tesis a mano con la cantidad de versiones que tengo).
    Yo utilizo una medida intermedia. La mayoría de los escritos del blog los hago con el ordenador, pero de vez en cuando y si el texto es breve no me resisto a escribirlo en un cuaderno, de los de toda la vida.
    Un abrazo.
    P.D. Preciosa la referencia a tu abuela.

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    1. Me viene a la cabeza la caligrafía de mi abuela, su firma en cursiva, donde se intuía toda su inseguridad y un temblor en cada trazo. La tecnología no es mala, pero es aséptica y creo que en parte nos deshumaniza. No es cuestión de volver a las cuadernas, pero si de mantener ciertas referencias hacia un mundo más tangible.
      Un abrazo.

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  4. Yo ya no escribo a mano la lista de la compra. Lo hago en una aplicación del móvil. Lo único que escribo a mano, aparte de anotaciones en el cuaderno de los alumnos en clase, es la lista de libros leídos que arrastro hace muchos años. Después, por supuesto lo voy pasando a word.
    Mi letra es penosa, siempre lo fue, pero al perder la costumbre, cada vez lo es más.
    No siento que se vaya dejando de escribir a mano. Creo que cada época tiene sus momentos y, si bien esos manuscritos ilustrados son preciosos, también lo son las planchas de carbón y los molinillos de café manuales y no se me ocurriría usarlos.
    Preciosa tu entrada y las ilustraciones de que la acompañas. Voy a consultar más manuscritos en la página que nos proporcionas.
    Muchas gracias y un beso.

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    1. Un argumento parecido utiliza una de las defensoras de abandonar la escritura manual, Anne Trubek. Para ella, es cuestión de progreso y dice que nos aferramos a la escritura a mano por razones sentimenatles: igual que dejamos de usar las tablas de arcilla, el bolígrafo y el lápiz también será historia. En cualquier caso, yo me resisto. Como comentaba a Paloma, me asusta la dependencia tecnológica, aún asumiendo que ha acompañado a la humanidad durante miles de años.
      Un abrazo.

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  5. No se debería perder la costumbre de escribir a mano. Es nostalgia como aprendíamos a escribir cuando éramos niños, con esos cuadernos de Rubio que no nos podíamos salir de los renglones. Pero yo tengo costumbre todavía de llevar una libreta y anotar, escribir y narrar lo que se me ocurre para después en el ordenador desarrollar mis escritos. Me ha gustado ver los manuscritos de gente famosa, pero antes no había ordenadores. Un abrazo

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    1. No creas, hay algunos manuscritos que son de autores modernos, como el de Guy Talese. De hecho, leí que existe cierta tendencia a volver al cuaderno manuscrito o las cuartillas entre muchos escritores famosos. Coincido en que es una cuestión de nostalgia, quizá los niños de ahora dejen de escribir a mano, pero parece que es un ejercicio muy bueno para su desarrollo y en las escuelas no creo que prescindan de esta herramienta.
      Un abrazo.

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  6. Yo ya pertenezco a esa generación de universitarios que escribió la casi totalidad de sus trabajos en Word. En cambio, siempre fui de escribir los apuntes a mano, así como algunos relatos e ideas que me venían a la mente.
    Planteas una cuestión interesante, pues es muy probable que en un futuro la escritura digital sustituya a la manual en cualquier ámbito. Quiero pensar que siempre se exigirá el enseñar a escribir a mano, al menos en los primeros niveles educativos. Pero, como dices, cualquiera sabe.
    Un saludo.

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    1. Eso parece, Sofía. De hecho, ya es muy común que la gente utilice el móvil para anotar cualquier cosa y la administración se está digitalizando. Puede que la escritura a mano, como decíamos, pase a ser algo excéntrico o una forma de relajarse, al requerir mayor pausa y tiempo para pensar.
      Un abrazo.

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  7. Hará un año o así, leí, que en un colegio, aquí y no en Finlandia, iban a desterrar completamente el papel. Me vinieron a la mente reflexiones como las tuyas, y me dio cierta pena pensar en esos niños que no iban a aprender a escribir a mano. No es que piense que todo lo pasado fue mejor y sin duda la tecnología nos ofrece muchísimos más recursos y posibilidades, pero creo que hay ciertas competencias que se adquieren con la escritura manual y con una enseñanza no tan digital que las nuevas generaciones están perdiendo. Tal vez tal y como avanza la sociedad no les hagan falta y seamos nosotros los que nos quedemos en una especie de limbo con un pie en cada mundo, no sé, pero a veces echo en falta esa lentitud reflexiva a la que aludes. Y eso que escribo muy poco a mano, apenas cortas anotaciones. El año pasado volví a estudiar y me costó muchísimo entrar en la dinámica de tomar un boli y escribir largo y tendido, afortunadamente el ordenador facilita mucho la tarea.
    Admirable tu abuela aprendiendo a leer de mayor. Mis abuelos leían y escribían para salir del paso pero creo que en mi familia a la única que le corroe el gusanillo de la lectura es a mí.
    Un abrazo y feliz fin de semana lector. O escritor ;)

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    1. Eso he leído, que la escritura manual aporta más beneficios al niño que la escritura con teclado. Otros, en cambio, ven una auténtica tortura en el esfuerzo que esos niños invierten en trazar mayúsculas y escribir en cursiva. Nosotros, es verdad, estamos entre dos generaciones. Por nostalgia, me inclino por "lo de antes", aunque reconozco que el teclado me permite escribir más rápido y con mayor seguridad. La clave será la convivencia de ambos sistemas, aunque la historia parece que enseña justo lo contrario.
      Feliz domingo, ¡qué envidia me dais la gente del norte!

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  8. hola gerardo! hermosa tu entrada, nos encantaron los manuscritos alos que somos fanaticas, solo se conoce a la persona a traves de ellos, o eso nos parecio siempre a nosotras. es como el uso de las adoradas cartas, en fin , te cuento que nosotras aun somos del lapiz y el papel, cada entrada la conformamos en un cuaderno para tal fin y alli van a para comentarios situaciones, recomendaciones, ideas, mamarrachos, todo lo va en nuestras cabezs.ojala que eso no cambie, hoy en dia los niños no saben escribir en minusculas!!!!!!que horror. un placer compartirte este domingo, saludosbuhos.

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    1. Me parece estupendo. Para ciertas cosas yo prefiero el ordenador, porque suelo tachar, rehacer y a mano lo emborrono todo. Al final es una cuestión de tiempo (ay, éstas prisas).
      Saludos.

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  9. Estupenda entrada Gerardo,... fíjate que después de leerte me fui a unas carpetas a revisar mis libretas de campo y de laboratorio. Son de los años 80 y me ha encantado comprobar lo concienzudo que era. Saludos!

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    1. A mí también me resulta extraño leer mi letra de hace años. Sobre todo porque ahora escribo distinto. El cambio es brutal si lo comparo con algún cuaderno que tengo de cuando era adolescente. La caligrafía dice mucho de nosotros, es curioso.
      Un saludo.

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  10. Yo también tomé apuntes a toda caña durante la carrera, pero cuando llegó el momento de opositar tuve que darle esa caña a las teclas de la máquina de escribir, y he de confesar me parecían prehistórico ese tipo de exámenes que medían la velocidad alcanzada y la perfecta escritura en un tiempo límite.
    Ahora ya ni eso, directamente teclados de PC y de teléfonos...

    Esta entrada tuya tan original y bonita me ha llevado a pensar lo mucho que me gusta encontrarme papeles míos escritos a mano, cartas que conservo, hasta agendas de teléfonos en las que figuran nombres que hoy en día no sé ni quiénes son.
    Actualmente a mano solo escribo post-its que dejo pegados a la vista y, por lo que atañe a este mundo de la blogosfera, también cuando me siento a ver una película que pretendo reseñar y tomo nota de las cosas que me llaman la atención para luego transcribirlas en el post correspondiente.

    Me han encantado las imágenes que has rebuscado y la reseña en general.

    Besos, Gerardo.

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    1. Me pasa igual. Escribir a mano queda reducido al acto de cazar pensamientos o cualquier tipo de anotaciones rápidas. Estoy pensando hacerme de un cuaderno y dedicar algún momento del día, cuando sea posible, a algo que el filósofo Alain de Botton denomina "Philosophical Meditation". Básicamente consiste en contestar a una serie de preguntas sobre nuestros propios sentimientos y anhelos, escribiéndolo a mano. Es muy curioso.
      Un abrazo.

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  11. Qué agradable reivindicación de la escritura a mano... Pienso que cuando se escribe a mano hay una distancia más corta entre las entrañas y lo que se escribe. A mano apenas reescribes, es más... buuuummm...

    A mí me sigue gustando escribir a mano, escribir cartas, escribir postales (y recibirlas también, claro), reconocer quién las ha escrito, la familiaridad de la letra de cada uno. Y siempre me han gustado esos libros que contienen fotografías de manuscritos, así que estoy encantada con las que nos muestras. Y esa foto de una abuela leyendo, tal vez la tuya pero no, es preciosa.

    Un abrazo (refrescante)

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    1. Me alegra saber que conserves todavía esa costumbre tan entrañable. Una de las cosas que creo nos hemos perdido con la revolución digital. Yo guardo algunas de mi adolescencia, pero ya no escribo cartas. Es cierto que tampoco tengo con quién. La foto es increíble, una pena no saber su autor. Cito la fuente, eso sí.
      Un abrazo, hoy sí, más fresquito.

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  12. Me ha gustado mucho tu entrada porque he pensado muchas veces en las diferencias entre escribir a mano y a máquina y no me refiero a las diferencias estéticas (mi letra es ilegible hasta para mí). ¿No te ha pasado que, al escribir en el ordenador, te han bailado las letras de una sílaba trabada como si tuvieras dislexia? Yo creo que deben de intervenir zonas cerebrales distintas y me pregunto si, por una perversa decisión, se hiciera realidad el rumor que cuentas sobre Finlandia, quién sabe si cambiaría nuestra forma de pensar.Yo, por si acaso, sigo con mis garabatos.

    Un abrazo y mis felicitaciones

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    1. Me dejas pensando y al final no me queda más remedio que hacer un par de búsquedas. La neurociencia es un tema apasionante y por lo que estoy leyendo, la escritura a mano implica un aprendizaje más profundo porque hay mayores zonas del cerebro implicadas. El artículo donde lo he leído es "Las ventajas de escribir a mano" (El Mundo, 2010) y se basa en un estudio realizado en la Universidad de Indiana. Así que has dado en el clavo. Por eso, yo tampoco pienso renunciar a mis viejas libretas. Aunque me tiente la velocidad del teclado y la mayoría de lo que escriba sea por este medio.
      Un abrazo.

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